Fuente: The Competitive Intelligence Unit con información de Órganos Estadísticos Nacionales
En
México, las medianas y grandes empresas se posicionan como punta de lanza en la transformación digital en los últimos años, puesto que 91.9% de estas contaban en 2018 con acceso a internet, de acuerdo con el órgano estadístico nacional (INEGI), mientras que las pequeñas alcanzan un nivel cercano de 81.2%. Sin embargo, habría que analizar de qué manera este acceso a la conectividad se traduce en su uso efectivo en la cadena productiva de estas empresas.
Entre las microempresas, sólo 17.1% del total tienen acceso a internet, son precisamente estas empresas las más rezagadas en conectividad y más propensas a cerrar sus operaciones durante la crisis pandémica, ante las menores capacidades de trasladar su negocio al ámbito digital. En suma, 78.7% del total de las unidades productivas en México aún no cuentan con el eslabón fundamental para impulsar o cimentar su operación a través de la conectividad.
En Perú, 92.6% de las empresas tenían acceso a internet en 2018, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), aunque únicamente 7% contaba con canales de comercio electrónico. Sin duda un área de oportunidad para la transformación digital en la subregión andina a través de los canales digitales de venta.
Por su parte, la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay reportó en 2019 que 6 de cada 10 grandes empresas contaban con canales de venta en línea, en contraste con 23% de las pequeñas y una razón de 16% de las micro. El promedio nacional se situó en 31% apenas por debajo del coeficiente de 35% registrado en las medianas empresas, la diferencia entre las microempresas y las grandes empresas se haría manifiesta en la crisis del coronavirus al no contar con condiciones equitativas en términos de acceso a las vías digitales de venta y distribución.
Empujón Digital por la Crisis de COVID-19: Teletrabajo en Latinoamérica
La emergencia sanitaria causada por la pandemia de COVID-19 ha propiciado un ‘empujón digital’ en la región, es decir, ha acelerado la apropiación y uso de la conectividad. Ello ha permitido a las economías latinoamericanas continuar con una amplia proporción de las actividades productivas, educativas, sociales, culturales, de entretenimiento, de comunicación e información, entre muchas otras, amortiguando así, los estragos económicos de la crisis.
Durante los últimos meses, hemos sido testigos de los esfuerzos de las empresas por continuar sus operaciones pese a las condiciones de aislamiento social y al cese de actividades presenciales. En este sentido, el teletrabajo ha representado la solución orgánica a este problema.
Sin embargo, no todos los eslabones ni las distintas unidades económicas han podido continuar con su operación a distancia, lo que ha provocado el cierre de miles empresas.
En otros casos, el teletrabajo no ha sido aplicado de manera generalizada, debido a la imposibilidad técnica para ciertas industrias de operar sin la asistencia de personal, además de no contar con las herramientas y conectividad necesaria para realizar su labor desde casa.
Entre los mercados más destacados en implementación de teletrabajo se encuentra Chile. De acuerdo con la Asociación Chilena de Seguridad, 95.3% de las empresas del país han optado por realizar actividades mediante esta modalidad. Esto implica un incremento 14.0 puntos porcentuales respecto a aquellas que detonaron la iniciativa (81.3%) al inicio de la pandemia. Asimismo, 46% fortalecieron su presencia en canales digitales.
En Colombia, el DANE reportó que casi la mitad de las empresas (45.6%) que se dedican al Comercio, a la Industria Manufacturera, a los Servicios y a la Construcción han continuado con su operación normal, mientras que 43.4% lo hacen de manera parcial y solo 11.0% cerraron temporalmente. A nivel nacional, 80% de las empresas implementaron teletrabajo a través de internet, 72.2% en actividades comerciales, 76.3% en la industria manufacturera, 81.3% en construcción, y 87.6% en servicios.
En el caso mexicano, dimensionado mediante la Encuesta sobre el Impacto Económico generado por Covid-19 (ECOVID-IE) realizada por el INEGI, se identifica que casi la totalidad (93.2%) de las empresas en México registraron al menos algún tipo de afectación debido a la contingencia sanitaria, mientras que 60.2% emprendieron acciones estratégicas para hacer frente a la contingencia. Destacan la entrega de pedidos a domicilio (45.0%), el lanzamiento de promociones especiales (33.8%), ‘home office’ (32.6%) y las ventas por internet (29.6%).
En cuanto al teletrabajo, las grandes empresas han implementado casi en su totalidad esta modalidad (94.7%), mientras que las pequeñas y medianas sólo lo han logrado en una proporción de 60.7% y 29.0%, respectivamente. Esto evidencia de manera contundente que la mayor pérdida de empleos y cese de operaciones se ha generado en las empresas de menor tamaño debido a la imposibilidad de continuar con la operación a distancia.