12,522 Efrén Páez, Hechos y no dichos: en video México y EUA no se parece, Mediatelecom

Hechos y no dichos: en video México y EUA no se parecen

Efrén Páez
Analista Económico de Mediatelecom Policy & Law
En los últimos doce meses al segundo trimestre de 2015, con todo y la adición de los resultados de Cablecom y Telecable, Grupo Televisa logró añadir más suscriptores de cable que de banda ancha fija, 1 millón 345 mil 913 suscriptores de video vs. 908 mil 053 suscriptores de banda ancha fija.

Hecho: la televisión de paga en México, satelital y de cable, añadió 378 mil 760 suscriptores en el cuarto trimestre de 2014, de los cuales 180 mil 438 fueron para Grupo Televisa, 107 mil 770 para Megacable y 76 mil 548 para Dish. Estas cifras no reflejan exactamente un servicio que esté “amenazado”.

La TV de paga tenía poco más de 16 millones de suscriptores en todo el país al segundo trimestre de 2015, una penetración de cerca de 51 por ciento de los hogares.

Hecho: Grupo Televisa añadió más suscriptores de video que de Internet (180 mil 438 vs. 134 mil 246 suscriptores, respectivamente) en el cuarto trimestre de 2014 según cifras del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Megacable añadió 111 mil 310 nuevos suscriptores de banda ancha fija en el segundo trimestre. Continúan siendo compañías que ofrecen principalmente TV de paga.

Sigamos buscando qué es lo que supuestamente está en riesgo aquí. El margen operativo al segundo trimestre de 2015 del segmento de telecomunicaciones de Grupo Televisa fue de 40 por ciento, 3 puntos porcentuales superior al segundo trimestre de 2014; podemos ver un  negocio sano y fortalecido. Sky reportó un margen operativo de 48 por ciento.

El margen UAFIDA del segmento de cable de Megacable fue de 44.1 por ciento al segundo trimestre del 2015, ligeramente menor al del año pasado, pero aún en un nivel estable.

Incluso el ARPU promedio por suscriptor de video para Megacable continúa siendo más alto que el ARPU de Internet, 218 pesos vs. 179.3 pesos. Más aún, el ARPU de Internet mostró un descenso más pronunciado de 8 por ciento vs. 5 por ciento de video.

Hecho: las suscripciones de banda ancha fija se redujeron 481 mil 678 a nivel nacional, con una penetración de 41 por ciento de los hogares, al cuarto trimestre según las más recientes cifras disponibles del IFT.

México sigue siendo el país de la OCDE con la penetración más baja de banda ancha fija, apenas 10.7 conexiones por cada 100 habitantes.

Hecho: el margen operativo de Netflix, de todas sus operaciones incluyendo DVD, es de apenas 5 por ciento. Aún tiene un largo desarrollo por delante para mostrar las tasas de rentabilidad de los actuales negocios de cable. El margen de Comcast, incluida NBCUniversal, es de 21.9 por ciento.

Hecho: el servicio de video Over-The-Top (OTT) depende principalmente de una alta penetración de banda ancha fija y niveles de calidad y velocidad estables. México difícilmente cumple actualmente con todas las condiciones que están llevando a mercados altamente desarrollados como Estados Unidos a una batalla por el mercado de video.

En el libro Audiencia Cautiva de Susan Crawford, se incluye todo un capítulo para narrar la historia del cable en Estados Unidos. Su origen tuvo una vocación principalmente de cobertura, llevando la señal de TV abierta a aquellas zonas sin cobertura. En México, el servicio se concibió y se ha percibido como un bien de lujo.

Sería ingenuo pensar, efectivamente, que el negocio de video por OTT se mantendrá al margen o siempre complementario al servicio de TV de paga tradicional. Todo está confluyendo hacia el Internet y la televisión no es la excepción. Los operadores de telefonía móvil han visto sus ingresos de SMS y tráfico de voz disminuir ante el avance de aplicaciones de mensajería instantánea.

El fenómeno de “cord cutting”, como se le ha llamado en Estados Unidos a la cancelación de servicios de TV de paga a favor de servicios de streaming, conlleva necesariamente un acceso óptimo a servicios de banda ancha fija. Según cifras del Pew Research Center, 84 por ciento de la población estadounidense tiene acceso a Internet, con una penetración superior a 70 por ciento de los hogares con banda ancha.

Comcast, el mayor operador de cable de Estados Unidos, durante el segundo trimestre de 2015, reportó tener más suscriptores a servicios de Internet de alta velocidad que a servicios de video, 22.5 millones contra 22.3 millones, respectivamente. Sin embargo, los servicios de video aún le generan 5 mil 431 millones de dólares en ingresos (crecimiento de 3.7% anual) contra 3 mil 101 millones (crecimiento de 10% anual) que obtiene de Internet.

Aún en Estados Unidos, el cord cutting es un fenómeno que se está dando de manera constante pero lenta, conforme los usuarios se adaptan a las nuevas ofertas y opciones a su presupuesto. De acuerdo con el reporte Multipantalla de VAB del cuarto trimestre de 2014, incluso entre los jóvenes, la televisión lidera la mayoría del tiempo total de video en pantalla. El estudio reveló que la televisión es el dispositivo preferido de video entre 93 por ciento del tiempo entre niños y adolescentes, y 84 por ciento entre adultos de 18 a 24 años.

La revista online Slate, puso a disposición una herramienta que permite calcular los ahorros de cancelar la factura de TV de paga. Se observan al menos 12 servicios OTT que podrían poner en dificultades al usuario tratando de armar una opción de contenido modular que se adapte a sus gustos. Incluso, estamos a la espera de los OTT propietarios de canales específicos, lo que sin duda incrementará la factura y la dificultad de mantener todo bajo un solo paquete. Elegir tres servicios en la herramienta Slate da como resultado un mayor costo de cortar el cable.

Por ejemplo, si consideramos que el servicio de Internet de Comcast de 25 Mbps cuesta 66.95 dólares y un paquete con cable y HBO está en 89.99 dólares, resultaría ligeramente más caro si se contrata únicamente Internet con Comcast y los OTT de Netflix y HBO para tratar de mantener el acceso a una oferta de contenido similar.

De todas estas cifras, es claro ver que es imposible tratar de comparar un mercado tan avanzado como el estadounidense, con un mercado en retraso como México, donde las redes por cable aún tienen oportunidad de crecimiento en mercados emergentes.

Incluso comparado con otros países, México exhibe una baja tasa de penetración de TV de paga, con 70.6 por ciento de los hogares de Chile, 83 por ciento de Argentina y 85.8 por ciento en Colombia, según cifras de LAMAC. Quienes aseguran hoy que el servicio tradicional está en riesgo, no podrán alegar que la baja penetración de TV de paga en el país se debe también al fenómeno OTT de reciente desarrollo.

A finales de 2013, durante una conferencia titulada “Los OTT y la TV de paga en México: ¿complemento o competencia?”, en el marco de NexTV Summit, Gerardo Seifert, director de mercadotecnia de Megacable, detalló que derivado de una encuesta a sus suscriptores, sólo 3 por ciento ha considerado la opción de sustituir el servicio de la cablera por un OTT. En ese sentido, 53 por ciento de los usuarios respondieron que les gusta tener ambas opciones, 41 por ciento prefiere Mega (el OTT de Megacable) y 6 por ciento Netflix, “por lo que resultan un complemento, por el momento”, consideró.

El servicio de TV de paga no va a desaparecer en el corto plazo, y las cifras recientes de los operadores en México demuestran que ni siquiera va a dejar de crecer. Evidentemente, los servicios OTT muestran una tasa acelerada de crecimiento por un número absoluto menor de suscriptores y una adopción ávida de usuarios mexicanos conectados, pero difícilmente se acercarán a las cifras de TV de paga, considerando nuevamente que están atados a la baja penetración de banda ancha fija en el país.

Incluso, de acuerdo con las cifras comparativas del IFT con respecto a otros mercados, se observa el papel limitado que ha jugado la industria de cable por la conectividad de banda ancha en el país. Mientras que en Colombia o Chile la industria de cable aporta poco menos de la mitad de líneas de banda ancha, en México no representan ni la tercera parte. Es decir, hay mercado para la industria.

En ese sentido, es deber del regulador mexicano garantizar que los usuarios puedan acceder a diferentes opciones de video, sea la plataforma, tecnología o proveedor que mejor se adapte a sus necesidades, sea que los quieran tener todos o sólo uno, sumados en una factura o separados, o que los quieran consumir en su televisor o smartphone.

Para ello, se debe lograr una competencia plena en todas las plataformas actualmente disponibles para el usuario. Posteriormente, la discusión sobre la neutralidad de la red será un paso importante para garantizar que efectivamente las actuales empresas que dominan las principales plataformas de video y telecomunicaciones en el país no sean capaces de imponer obstáculos artificiales a servicios de video por Internet fuera de su plataforma.

En Estados Unidos, cuando se discutió la fusión entre Comcast y Time Warner Cable, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) consideró antes que nada cómo afectaría su fusión el acceso de la población a Internet. A su vez, se tomó en cuenta el principal aspecto que ambas empresas no fueron capaces de contestar: ¿porqué se dividen el mercado y evitan competir entre ellas?

Considerar que la TV de paga tradicional y los servicios OTT son sustitutos perfectos, condenaría a los actuales usuarios de TV de paga tradicional a un mercado concentrado, con pocas opciones comerciales y de entretenimiento. Una plataforma tecnológica emergente y de gran crecimiento, no justifica la existencia de oligopolios en la plataforma actualmente establecida.

Precisamente, si las cifras de usuarios de WhatsApp, Viber o Skype no fueron incluidas en el análisis de preponderancia de telecomunicaciones, es porque en principio pertenecen a plataformas tecnológicas distintas y, en segundo lugar, requerimos de mayor competencia en el mercado de telecomunicaciones, tanto como lo necesitamos en la TV de paga.

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