9890 México, Mediatelecom, Los efectos positivos de un Plan de Banda Ancha; Jorge Fernando Negrete

Los efectos positivos de un Plan de Banda Ancha
JORGE FERNANDO NEGRETE P.
DIRECTOR DE MEDIATELECOM POLICY & LAW

Organismos internacionales recomiendan a los países crear planes de conectividad

El incremento en la penetración de banda ancha reduce el desempleo y la pobreza

La banda ancha ha demostrado ser una herramienta para el incremento de la productividad y el bienestar social

Se requiere de un gobierno líder en la formación de políticas TIC y de telecomunicaciones

El enfoque regulatorio debe ser convergente para propiciar penetración de servicios
México requiere definir una visión sustentada en objetivos y acciones a largo plazo

La coordinación entre sector público y privado es esencial para ampliar la cobertura de banda ancha en cada nivel socioeconómico

Diversas empresas, instancias de gobierno, organismos internacionales, estudiosos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han llegado a la misma conclusión sobre los múltiples beneficios del incremento de la conectividad de banda ancha al servicio de la población. Desde incrementar el PIB y la productividad de las personas, pasando por los beneficios del acceso a la educación y el conocimiento, hasta una mayor inclusión social. En todo lo anterior prácticamente ya no existen dudas o prácticamente son nulas.

En el más reciente reporte de banda ancha realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Unesco titulado The State of Broadband 2012: Achieving Digital Inclusion for all (El estado de la banda ancha 2012: logrando la inclusión digital para todos), se reiteran nuevamente dichos beneficios, por lo que plantea la siguiente línea de acción que es propiamente establecer una “política de liderazgo” por parte del gobierno, que permita no sólo establecer objetivos claros, sino la acción de coordinación de instancias gubernamentales y privadas en cuanto a inversión en infraestructura, uso de las TIC y su aprovechamiento en otros sectores como energía, salud, educación y medio ambiente.

Metas internacionales para la inclusión digital

Los objetivos establecidos por la UIT-Unesco son permitir el acceso universal a servicios de banda ancha, hacer el acceso a banda ancha asequible, conectar los hogares con banda ancha y llevar a la población en línea.

Hasta el 2011, cerca de 120 países habían establecido planes de banda ancha. La UIT señala que aunque es de vital importancia la participación del gobierno en las políticas que permitan incrementar el acceso a Internet, no implica que sea el propio gobierno el que instale, financie o administre la infraestructura requerida. Contrariamente, la iniciativa privada ha demostrado su eficacia en realizar dichas tareas. Principalmente, la labor del gobierno estaría enfocada en convocar la participación y conciliar objetivos del sector privado, instituciones públicas, sociedad civil y ciudadanos en general.

“Los gobiernos deben considerar la inversión directa sólo en casos que existan fallas de mercado como en áreas rurales donde el retorno financiero es bajo o prácticamente inexistente. Mientras que las políticas de banda ancha son componentes críticos dentro de las estrategias de desarrollo de los países y las estructuras de estos proyectos pueden variar ampliamente, un elemento crucial es la participación y liderazgo del gobierno. Este juega importantes roles en convocar, habilitar y orquestar (instrumentar) la política”, destaca la UIT.

La entidad internacional espera que hacia 2015 todos los países cuenten con un plan o estrategia nacional de banda ancha o que sea incluida dentro de la definición de servicios de acceso universal.

De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los programas nacionales enfocados a banda ancha deben cumplir con tres componentes: el desarrollo de las habilidades humanas para el incremento de la demanda de servicios de banda ancha, el desarrollo de infraestructura de telecomunicaciones en conjunto con el sector privado y mejorar el marco legal y regulatorio.

La UIT señala que la política de liderazgo en telecomunicaciones es necesaria para resaltar el papel de la banda ancha en el desarrollo nacional; establecer un foro de diálogo y fomentar el trabajo conjunto a través de las secretarías de Estado y los distintos sectores; establecer una agenda que destaque los objetivos y metas de la política de conectividad, y proveer de un ambiente que permita el rápido crecimiento de la inversión privada.

El reporte realizado durante la última reunión de la Comisión de Banda Ancha de la UIT-Unesco revela el avance de algunos países en cuanto a la penetración de banda ancha y los objetivos impuestos por cada uno de los países.

Entre los países que pretenden tener conectividad al 100 por ciento antes de 2015 se encuentran miembros de la Unión Europea como España, Francia y Reino Unido. Por otro lado, diversos territorios buscan ofrecer importantes anchos de banda de hasta 100 Mbps hacia el año 2020, como la Unión Europea que pretende cubrir 30 por ciento de la población con estas velocidades, así como España y Suecia hacia 2015 para el 50 y 40 por ciento de la población, respectivamente.

En particular, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Australia y Estados Unidos plantean objetivos ambiciosos hacia 2020, es decir, cubrir a por lo menos 90 por ciento de toda su población con banda ancha a velocidades de 100 Mbps.

Según datos de la consultora IDC, citados por el reporte, en 2011 había 589 millones de suscripciones fijas de banda ancha, la mayoría localizadas en países desarrollados, pero existían casi el doble de conexiones móviles, alrededor de 1.09 mil millones. A su vez, se contaban alrededor de 5.09 mil millones de suscripciones celulares alrededor del mundo, de las cuales 18.3 por ciento estaban relacionadas con suscripciones de banda ancha.

“Las redes pueden o no ser móviles, pero los usuarios y los dispositivos definitivamente lo son”, explicó el Ericsson Traffic & Market Report. En ese sentido, el fabricante de componentes para redes estima que las suscripciones de banda ancha móvil están creciendo 60 por ciento cada año y podrían llegar a ser 5 mil millones en 2017.

Los objetivos adicionales establecidos por la UIT destacan que hacia 2015 el precio de la banda ancha debe permitir que sea asequible, no representando más de 5 por ciento del ingreso mensual promedio, situación que se mantiene aun con fuertes discrepancias entre diferentes naciones. Mientras que el acceso a banda ancha fija en países desarrollados representa menos de 2 por ciento del ingreso mensual promedio, en países en desarrollo llega a representar más de la mitad del ingreso.

En ese sentido, señala que el objetivo se puede alcanzar de diversas maneras, tales como monitoreo constante de precios, a través de subsidios o incrementar la competencia, siendo esta última el mejor camino para lograr el objetivo. Lo anterior ya se incluye como una prioridad en planes de banda ancha como los de Hungría, Nigeria y Estados Unidos.

Por otro lado, la UIT y otros organismos internacionales han establecido que se espera que 40 por ciento de los hogares estén conectados a Internet hacia 2015. Aunque se han logrado fuertes incrementos en países en desarrollo para alcanzar dicha meta, aún se mantienen importantes rezagos en comparación con países desarrollados, lo que probablemente se incrementaría ante el fuerte crecimiento de las redes y conexiones móviles.

De 2010 a 2011, el número de conexiones de banda ancha a los hogares se incrementó 23.3 por ciento en países en vías de desarrollo, contra 5.7 por ciento en países desarrollados, lo que arroja cerca de 20.5 por ciento de hogares conectados en países en vías de desarrollo a finales de 2011.

En el caso específico de América Latina, destacan en hogares conectados Uruguay (39.4%), Chile (38.8%), Argentina (38%), Brasil (37.8%), Costa Rica (33.6%), México (27.5%) y Colombia (23.4%).

Cabe resaltar que Brasil y Colombia han realizado importantes esfuerzos por incrementar esta métrica, a través del Plan Nacional de Banda Ancha y Vive Digital, respectivamente. En el caso de Brasil, el país definió conectar 42 millones de hogares hacia 2014, lo cual abarcaría 70 por ciento de la población brasileña.

En el caso de Colombia, hacia 2014 se propuso contar con 3.2 millones de conexiones de banda ancha móvil en tecnologías 3G y 4G. Recientemente, el Ministerio TIC presentó un proyecto a través del cual pretende conectar mil 78 municipios a través de fibra óptica, lo cual permitirá pasar de 2.2 millones de conexiones a 5.5 millones de usuarios en julio de 2014.

Programas como los creados por Brasil y Colombia les permitirá lograr otro de los objetivos propuestos por la UIT: lograr que 60 por ciento de la población mundial logre estar en línea, 50 por ciento de la población en países en desarrollo y 15 por ciento de los países menos desarrollados.

En los últimos años los países en vías de desarrollo han logrado crecer a un paso similar al de países avanzados; sin embargo, aún queda trabajo por realizar. Hasta 2011 el 24.4 por ciento de la población en países en vías de desarrollo estaba en línea, contra 32.5 por ciento de países desarrollados. La UIT admite que al ritmo de crecimiento actual, será difícil la consecución del objetivo establecido, aunque mantiene la expectativa de que la banda ancha móvil contribuya con el crecimiento requerido para alcanzarlo.

En el caso de conexiones de banda ancha por cada 100 habitantes, los primeros lugares los ocupan Liechtenstein (71.6%), Mónaco (44.2%), Suiza (39.2%), Países Bajos (38.7%) y Dinamarca (38.2%).

Para América Latina, el mejor ubicado es Uruguay (13.5%), seguido por Chile (11.6%), México (10.6%), Argentina (10.5%) y Brasil (8.6%).

Ejemplos de conectividad y beneficios de la banda ancha

La UIT destaca el avance registrado en diversos países gracias a la presentación de una agenda digital o de planes de banda ancha a largo plazo. Entre los países citados se encuentran Australia, Brasil, la Unión Europea, India, Corea, Malasia, Sudáfrica, Suecia, Estados Unidos, entre otros.

Para Brasil, la UIT menciona un estudio del Banco Mundial en el cual la banda ancha se ha convertido en una de las más altas prioridades, logrando el acceso asequible a dispositivos como laptops, smartphones y tablets, al tiempo que se logra la reducción en el precio de los servicios de banda ancha para alcanzar la inclusión digital.

Para el caso particular del país sudamericano, Raúl Katz estima que el incremento de 10 por ciento en la penetración de banda ancha reduciría 0.06 por ciento el desempleo, lo que resultaría en que la mayor penetración del servicio permitiría la disminución de la tasa de desempleo de 4.03 a 3.89 por ciento. A su vez, el PIB registraría un impacto de 0.008 por ciento por cada 1 por ciento de incremento en la conectividad.

Para Chile las cifras serían similares. De acuerdo con los datos citados por la UIT, por cada incremento de 10 por ciento en la penetración de banda ancha resultaría en 0.09 por ciento de avance en el PIB chileno. En ese sentido, el despliegue de banda ancha, al alcanzar una penetración de 9.8 por ciento, permitió que el país creara alrededor de 114 mil empleos directos e indirectos, o incrementar la tasa de empleo 1.76 por ciento.

También se refiere al caso de la República Dominicana, donde por cada 1 por ciento de avance en la penetración de banda ancha el desempleo se reduciría en 0.29 por ciento.

Por los casos citados, se incrementa la confianza en los efectos positivos que tiene la banda ancha para el desarrollo económico de cualquier país, por lo que UIT llama a las autoridades a presentar planes de conectividad que permitan el pleno desarrollo de la tecnología.

Sin embargo, se debe considerar que dichos proyectos sean planteados desde una perspectiva que sea a través de los sectores público y privado, y se incluya a todos los niveles socioeconómicos, de tal forma que se asegure que los beneficios permitirán llegar a todos los ciudadanos y a cada actividad económica.

“El claro establecimiento de objetivos de política y/o metas, puede (pero no siempre) tomar la forma de un Plan Nacional de Banda Ancha”, señala la UIT. Agrega que “sin importar la forma, los objetivos de política deberán ser consistentes en todo el territorio nacional y asegurar la coordinación a niveles locales y regionales, así como ser actualizados de manera regular, para garantizar resultados positivos”.

En el caso de México, se puede resaltar que precisamente algunos de estos puntos han estado ausentes en las acciones realizadas por parte del gobierno federal. En principio, los planes enfocados a conectividad presentados a lo largo del último sexenio se han realizado principalmente como medidas parciales para resolver el actual rezago digital presente en el país, sin considerar una política pública multisectorial y a través de diferentes segmentos de la industria.

Por un lado, se facilita la adquisición de computadoras y la contratación de servicios de Internet, pero no se incluyen dentro de un programa educativo integral para que los profesores de todos los niveles exijan y enseñen el uso apropiado de estas herramientas.
Lo anterior, como lo ha mencionado Mediatelecom Policy & Law en otras ocasiones, ha sido provocado por la falta de un documento rector o política pública robusta que permita el pleno desarrollo de la infraestructura, promueva la competencia en el mercado, coordine los segmentos que conforman la industria y, al mismo tiempo, incluya acciones de inclusión digital y fomente el pleno aprovechamiento de la banda ancha a través de educación y empoderamiento del consumidor.

En ese sentido, ha existido una descoordinación constante entre los proyectos de conectividad de cada una de las dependencias de gobierno, a lo que se suma un sector privado de telecomunicaciones que se distingue por la incertidumbre jurídica, constantes conflictos entre los operadores y falta de inversiones que apoyen efectivamente una mayor penetración de servicios.

En primera instancia, y como lo menciona la UIT, si bien el sector privado es un eje importante en la implementación de la infraestructura y la canalización de las inversiones, el mercado por sí solo no puede dar respuesta a todas las problemáticas presentes en el sector, sobre todo en países como México, donde se presenta un rezago social importante, con alrededor de 52 millones de personas con algún grado de pobreza, según las últimas cifras del Coneval.

En ese sentido, se requiere de un gobierno líder en política pública, el cual sustente la implementación de acciones para incrementar la banda ancha en la coordinación de los diferentes sectores, con tiempos pertinentes para ejercer la inversión y gestiones enfocadas en el aprovechamiento y accesibilidad para todos los ciudadanos.

Asimismo, como se menciona en el informe de la UIT-Unesco, no es suficiente con el establecimiento de metas y objetivos. Aun siendo claros, deben estar respaldados por acciones concretas, fechas establecidas, gestión del presupuesto requerido y en coordinación con el sector privado, además de considerar el constante cambio tecnológico.

Recomendaciones de la Comisión de Banda Ancha

La UIT-Unesco presentó diversas recomendaciones para la conformación de planes de banda ancha.
Explorar nuevos enfoques para la gestión del espectro.
Implementar políticas de “excavación única” y expedir derechos de vía y permisos de construcción.
Usar mecanismos de financiación universal y otros mecanismos financieros para el desarrollo de la banda ancha.
Considerar la revisión y actualización de las regulaciones en TIC.
Considerar un régimen de licencias únicas.
Considerar regulación convergente.
Reducir impuestos y derechos de importación a equipos y servicios de telecomunicaciones y TIC.
Estimular la creación de contenido local.
Impulsar la demanda por servicios de banda ancha a través de iniciativas de e-gobierno.
Monitorear el desarrollo del sector a través de indicadores estadísticos.
Incorporar principios de sustentabilidad en regulaciones y políticas.
Promover el talento y habilidades requeridas para la banda ancha.

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