5611 México, Yo influyo.com, Los mitos del Bicentenario, Nemesio Rodríguez Lois

Rebatiendo los mitos del Bicentenario
Nemesio Rodríguez Lois

En ocasión de los festejos del bicentenario del inicio de la gesta de Independencia, el intelectual y periodista, Nemesio Rodríguez Lois, nos ha regalado su obre «Los mitos del Bicentenario». Ahí realiza un extenso balance de la historia de México con la intención de rescatar realidades olvidadas por la historia oficial. Aquí presentamos el último capítulo de su libro, mismo que puede adquirir en Editorial Minos.

Quienes hayan tenido la paciencia de llegar hasta el final del presente trabajo se encontrarán con la sorpresa de que el llamado Bicentenario tiene una serie de mitos que lo injustifican para celebrarse en 2010 a la vez que esos mitos son causa de otros que también invalidan tanto el centenario de la Revolución así como la mayoría de las tesis defendidas por pensadores al servicio de un sistema que operó en este país durante más de siete décadas.

Con el propósito de que la Verdad sea la que se imponga de modo que el pueblo disipe las brumas de la ignorancia procedemos, a manera de conclusión, a rebatir brevemente algunos de esos mitos.

Conveniente será recordar lo que al principio dijimos: La palabra «mito» viene del griego y significa «mentira» o sea que ¡digámoslo con franqueza! Esas mentiras tan elaboradas han contribuido a crear una grotesca mitología mexicana que es la que viene siendo la historia oficial.

1. Empezaremos diciendo que es un mito afirmar que «cumplimos doscientos años de ser orgullosamente mexicanos». Falso. México tenía conciencia de nacionalidad propia y muy bien definida gracias al guadalupanismo ya desde la primera mitad del siglo XVIII.

2. El más elocuente símbolo de la identidad nacional existe mucho antes de que Iturbide crease en Iguala la Enseña Patria y, por supuesto, mucho antes de que se cantara por primera vez el Himno Nacional. Dicho símbolo es la Virgen de Guadalupe y fue desde 1531 cuando empezó a formarse la auténtica nación mexicana; por lo tanto es totalmente mitológico presentar como símbolo máximo de la mexicanidad cualquiera otro que no sea la Guadalupana.

3. Contra lo que algunos afirman, los jesuitas no fueron expulsados por oscurantistas y enemigos del progreso. Falso. A los miembros de la Compañía de Jesús –la mayoría poseedores de una brillante inteligencia- se deben una serie de frutos admirables en los campos educativo, científico, histórico, social y misionero. Su labor en mucho contribuyó a elevar el nivel de todas las clases sociales. Su expulsión fue un verdadero desastre que se puede comparar con lo que le ocurriría a un rebaño que, al quedarse sin pastores, es presa fácil de lobos hambrientos.

4. Es un mito afirmar que la Independencia se la debemos a Hidalgo y Morelos. Ambos fracasaron y, con sus excesos sangrientos, lo único que consiguieron fue ahondar divisiones y retrasar la causa por la que decían luchar. Si algo digno de admiración tuvieron fue que ambos se dieron cuenta del incendio que habían provocado y pidieron perdón por tantos males causados.

5. Otro mito consiste en afirmar que es a los liberales a quienes se debe la Independencia. Falso. Los partidarios del liberalismo veían con antipatía que la Nueva España se independizase de la Metrópoli ya que de ese modo se venían abajo los planes masónicos elaborados desde la Península. Más bien fue gracias a la visión de los católicos (llamémosle conservadores) que, alarmados frente a lo que veían venir, apoyaron en todo momento el proyecto de Independencia que Iturbide proponía en el Plan de Iguala.

6. Mito es creer que la política de España en América fue la misma durante tres siglos. Falso. Una política de enormes beneficios sociales fue la seguida por los monarcas de la Casa de Austria en tanto que la política seguida por la Casa de Borbón se caracterizó por el despotismo más brutal y descarado. Como bien lo dice un simpático refrán mexicano: «Aunque todos somos del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro».

7. Tan errónea creencia se ve apoyada por la frase con que el virrey Marqués de Croix expulsó a los Jesuitas: «sépanse los súbditos de este gran rey que nos gobierna que nacieron para callar y obedecer y no para opinar en los graves asuntos del gobierno» Dicha frase la toman, con la peor intención, los historiadores oficiales para atribuirla a todos los gobernantes que vinieron a México enviados por el reino español.

Dicha frase resulta inconcebible, valga el ejemplo, en virreyes como un don Antonio de Mendoza quien trajo la imprenta y fundó la Universidad. Dicha frase es representativa del Despotismo Ilustrado que, por medio de las logias masónicas, había logrado gran poder en la Corte y no dudaba en mandar a estas tierras elementos indeseables que no hicieron más que azuzar el odio contra España.

No nos confundamos, la frase del Marqués de Croix representa los momentos de una España que, por haberse olvidado de los ideales humanistas de Isabel la Católica, había entrado ya en decadencia.

8. Otro mito pretende hacernos creer que Humboldt fue un gran científico que mucho contribuyó al progreso de México. Sin dejar de reconocer sus amplios conocimientos en las más diversas disciplinas científicas, hay que reconocer también que Humboldt entregó al presidente Jefferson una información valiosísima que a los posteriores gobiernos norteamericanos habría de serles de gran utilidad ¿Favoreció el progreso de México que dicha información se le haya entregado a las autoridades del poderoso vecino del norte?

9. Mito es también afirmar que México se independizó porque renegaba de todo lo español y deseaba que aquí se aplicasen las instituciones liberales que estaban en vigor en los Estados Unidos. Ocurrió exactamente al revés: México se independizó de España porque rechazaba las tesis liberales propagadas por la Masonería y porque deseaba que aquí continuase un orden social que estuvo vigente durante casi tres siglos y que se caracterizaba por ser un orden social basado en unos principios cristianos que los gobernantes respetaban a plenitud.

10. Mito es también decir, como lo hacen algunos muralistas y escribanos de la Historia Oficial, que la Iglesia Católica y el Profirismo formaban un todo homogéneo oprimiendo a los campesinos y clases trabajadoras. Falso.

A pesar de que el régimen de Porfirio Díaz no se caracterizó por una abierta persecución contra la iglesia, no dejó de serle hostil y prueba de ello es que promovió la educación positivista y que nunca derogó las leyes impuestas por Juárez.

Nada podían tener en común un régimen liberal que oprimía a obreros y campesinos con una Iglesia que, fiel a las enseñanzas de la «Rerum Novarum» de León XIII, dio la primera voz de alarma contra los excesos del Capitalismo Liberal. Debido a que dicho documento pontificio minaba las bases ideológicas de la dictadura, Don Porfirio prohibió que fuese conocido en México. Así pues, de ningún modo podían ser aliados quienes –a pesar de las frías cortesías oficiales- no dejaban de verse con recelo.

11. Mentira es afirmar que Don Porfirio cayó porque tenía en contra a todo el pueblo. Nada de eso, eran muchos los mexicanos que lo admiraban porque le había devuelto a México una tranquilidad y un progreso material que fueron inexistentes durante la mayor parte del siglo XIX.

Si Don Porfirio no hubiera disgustado al gobierno de Washington, habría continuado en el poder hasta la muerte y la historia oficial lo presentaría como el creador del México moderno, siendo incluso más venerado que el mismísimo Benito Juárez. Y así como en Austria la presencia del Emperador Francisco José todo lo abarca, de igual manera habría ocurrido en México quien durante su gobierno fue aclamado como el «Héroe de la Paz».

12. Falso que el movimiento armado de 1910 sea una Revolución ya que quienes se levantaron en armas aquel año no pretendía modificar violentamente los fundamentos constitucionales del Estado Mexicano sino que, apoyándose en la vigente constitución de 1857, lo que pretendían era un cambio de personas. Hablando en términos jurídicos, aquello no fue Revolución sino simple rebelión.

13. La rebelión que derrocó al Porfiriato no fue un movimiento único sino que confluyeron en ella varios grupos armados de distintas corrientes ideológicas que, por falta de un ideal común, acabaron peleándose entre si.

14. Falso que Victoriano Huerta haya violado la constitución para subir al poder. Como ya dijimos, se apegó estrictamente a la letra del texto constitucional para justificar jurídicamente un crimen que no tiene ninguna justificación moral. Se equivocaba Carranza cuando decía que se levantaba en armas porque la Constitución había sido violada. Lo más apropiado hubiera sido decir que se levantaba en armas contra un asesino que, antes de matar a sus víctimas, las había obligado a renunciar para que, por la vía legal, le dejasen el camino libre.

15. Otro mito es afirmar que la Constitución fue el resultado del clamor de todo un pueblo. Falso. Los rebeldes jamás pidieron una nueva Constitución, lo único que pedían era que Don Porfirio dejase el poder; por otra parte los constituyentes reunidos en Querétaro no representaban a todos los grupos rebeldes sino tan solo a los carrancistas.

16. Mito también es afirmar que la Carta Magna de 1917 es, según la clásica definición liberal, «la expresión máxima de la voluntad general» Falso. La Constitución se impuso y jamás fue sometida a un referéndum puesto que contenía artículos tan polémicos que, en caso de llevarse a cabo una consulta popular, hubiera sido rechazada en las urnas. Aquí es de suma importancia resaltar que, cuando la Constitución fue redactada en Querétaro, fueron excluidos los católicos, a pesar de que constituían más del noventa y cinco por ciento de la población.

17. Otro mito es pensar que la Constitución es algo así como un ser todopoderoso que concede todos los derechos habidos y por haber. Falso. La persona humana es primordial y las leyes deben estar a su servicio, máxime cuando hay derechos que son anteriores al Estado y, por supuesto, a las leyes que ese Estado dicte.

18. Mito es también afirmar que la creación del PNR en 1929 fue resultado del clamor popular que, de ese modo, avalaba la Constitución de 1917. Falso. La fundación de dicho partido se hizo con la finalidad de aglutinar a todos los grupos rebeldes para que acabase de una vez por todos la matanza. Y al mismo tiempo se lograba controlar a los jefes de las distintas facciones con cargos oficiales en los que podrían enriquecerse rápidamente.

19. Mito es afirmar que durante siete décadas aquí se dio un clima de paz con justicia debido a que los gobernantes interpretaban con fidelidad el espíritu de la Constitución del 17. Falso. Si aquí no se dieron los desordenes padecidos en otros países del continente fue porque gracias al partido único se implantó una dictadura perfecta que todo lo tenía bajo control. En cierto modo se vivió un neoporfirismo o sea un régimen en que se dio un clima de relativa tranquilidad que favoreció el progreso material. El Porfirismo era una dictadura personal. El PRI-Gobierno era una dictadura de partido y ambas tenían en común tanto la ideología liberal como su hostilidad al catolicismo que es la religión de la inmensa mayoría de los mexicanos.

20. Mito es afirmar que dicha dictadura perfecta tuvo como preocupación primordial la defensa y respeto de la Constitución. Falso. Los gobiernos en turno la acomodaban a sus particulares intereses siendo ellos los primeros en violarla cuando así les convenía. Prueba de ello es la gran cantidad de reformas que se le han hecho en mas de setenta años y que hacen que se mantenga muy poco del texto original.

Estos son algunos de los numerosos mitos con los que nos han venido engañando durante tanto tiempo pero ha llegado el momento en que ya no es posible seguir sosteniendo una mitología que nadie cree, ni siquiera sus autores…

Como podemos observar, los mitos se engarzan unos con otros formando una cadena que sujeta las inteligencias impidiendo que la gente piense y, fruto de su libre pensamiento, al conocerse las causas reales de nuestras desgracias, podamos encontrar los remedios necesarios.

En vista de que está fuera de lugar conmemorar el Bicentenario de una Independencia que en realidad no se dio en 1810 sino hasta 1821, más bien debería festejarse dicho Bicentenario en 2021.

Y por otra parte… ¿vale la pena festejar el centenario de un movimiento armado que dio origen a una Constitución y a una dictadura de partidos cuyos frutos evidentes son más de setenta millones de pobres?

Ponemos punto final a este trabajo citando la autorizada opinión de Rigoberto López Valdivia, un destacado jurista que conoció a fondo los problemas de la sociedad mexicana:

«Lo que México necesita ahora es la formación de elites intelectuales que profesen la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, liberándose de los mitos del mundo moderno y de los mitos de la Revolución Mexicana y que sean capaces de ofrendar su vida, si es necesario, en defensa de esas verdades; no les pido que se dejen arrastrar al foso de los leones o al sacrificio de los primeros cristianos en el circo romano. Sería bastante con que tuvieran el valor de decir la verdad, aunque tuvieran que perder sus posiciones económicas y sociales»

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Comentario de Octavio Islas

Para la ultraderecha mexicana, la historia oficial está dedicada a conspirar contra la noble y generosa obra de la Iglesia.

16 Comentarios

  1. Buen libro el que nos brinda el lic. Nemesio Rodríguez Lois, desde hace tiempo la historia crítica ha venido desmitificando la historia oficial.

    Para la persona que hizo la crítica contra la conspiración en contra de la Iglesia Católica, le sugiero que se instruya más, antes de criticar, que vea quienes han sido los verdaderos beneficiarios de nuestro desorden nacional, ¿no lo son acaso el gobierno norteamericano?, que se de cuenta que el único punto de unión que existe entre las naciones latinoamericanas, ¿no consiste acaso en el elemento hispánico, y en la religión católica? ¿O acaso cree que la tan cacareada imagen de la civilización precolombina nos es común con argentinos, chilenos y uruguayos, cuyas raíces son cien por ciento criollas? Al gobierno norteamericano, masón y protestante no le conviene que nos sintamos orgullosos de esas raíces, ellos quieren que sigamos venerando la figura de perdedores, como Cuahutémoc, además de Benito Juárez y otros liberales, como Miguel Lerdo de Tejada, quien no tuvo empacho en afirmar, durante la invación norteamericana, que lo mejor para México era ser absorbido, todos hablaramos inglés y fuéramos protestantes. Esto que acabo de afirmar está bien documentado, basta que leas el epistolario de ese «procer». A los vecinos del norte simplemente no les conviene la unión económica, política y cultural de todas las naciones iberoamericanas, por ello tratan a toda costa de que los mexicanos detestemos la religión católica y las raìces hispanas, que son las que nos unen . Nuestra división es de donde ellos cobran fuerza, ¿o acaso no te das cuentas que las dos logias masónicas que dividieron a nuestra clase política, fueron introducidas desde Estados Unidos? ¿y que es lo que hace la historia oficial?, resaltar la» maldad» de los conservadores y destacar las supuestas «virtudes patrióticas» de los liberales. Si supieras un poco de historia sabrías que cuando Miguel Miramón, durante la guerra de reforma, tenía bloqueado a Juarez en el Puerto de Veracruz, el almirante norteamericano, con quien los liberales tenían concertada la aprehensión de las naves conservadoras, le propuso al primero que lo dejaría atacar a Juárez (lo que significaría el fin de la guerra) si antes le prometía respetar lo estipulado en el tan conocido tratado Mc lane- Ocampo, a lo que Miramón se negó. Pero ahora, la historia oficial tiene a Juárez en su pedestal de bronce, mientras que Miramón descansa en lo más profundo del infierno oficial.

    Ninguno de los liberales del siglo XIX, tal vez con excepción de Porfirio Díaz, desconfió de Estados Unidos, pues es a éste país a quien le deben su encumbramiento. Decir que Juárez fue un patriota en la defensa del territorio del pais es decir una completa tontería, ningún historiador serio cree eso. Durante la invación francesa, Maximiliano hizo desistir a Napoleón III de su deseo de apropiarse de Sonora, para fundar allí una colonia francesa, y ni siquiera fue mexicano. Ya quisieran muchos de nuestros laureados liberales tener siquiera un ápice del patritismo de Lucas Alamán, lider conservador, que desde un principio intuyó las perversas maquinaciones de los norteamericanos, y advirtió a los gobernantes del peligro que se cernía sobre el país, desgraciadamente, como a los profetas, se le hizo caso cuando todo era demasiado tarde.
    Ojo también, con lo que dices de la derecha, el que esto escribe no está contento con la situación de pobreza que existe en el país, ni con el injusto reparto de la riqueza, ni simpatizo con Salinas, Slim, Fox ni Azcárra, pues a ellos nada les debo ni deberé, ser de derecha no quiere decir que se está a favor de la injusticia, en lo que nos diferenciamos con la izquierda es sólo en los métodos para lograr los cambios. Por si no lo sabes se puede ser de derecha y estar en contra del imperialismo yanki, se puede ser de derecha y no ser siquiera católico, o ¿a poco crees que el partido conservador de la Gran Bretaña, sigue directrices del Papa? Por si no lo sabes, también se puede ser de izquierda y ser católico, para muestras tienes a los que sostienen la teología de la liberación.

    Es muy fácil ponerle calificativos de ultra derechista a una persona, sobre todo cuando ni siquiera sabes lo que es la ultra derecha, o porque te molesta lo que escribe. Ahora resulta que defender la memoria histórica de una institución como la Iglesia Católica, es ser de ultra derecha, y son ustedes los «liberales», los que presumen de tolerancia, descalificando a quien no piensa como ustedes. El autor del libro es católico, y como tal ama a su Iglesia, y le molesta que la denosten, la injurien , se manipule su pasado, etc. Ser consecuente con sus ideas es una actitud digna de imitar, no así como algunos «liberales», que dicen ser católicos como Marcelo Ebrard, y sin embargo no obedecen los mandamientos de la Iglesia a la que dice pertenecer, como afirmó en los noticieros cuando se le preguntó sobre una posible excomunión, afirmó que iría hasta el Papa para impugnarla, mejor que se deje de decir payasadas y se defina, porque si no actúa como católico, que diga que no lo es y asunto arreglado.

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    1. Fíjate que no. ¿Y si lo fuera qué? ¿Desprecias a los judíos? ¿Simpatizas con la causa de Hitler y las razones del exterminio al pueblo judío? Ojalá pudieras explicarme el sentido de tu pregunta.

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  2. Señor Octavio Islas, yo le explico:

    Tanto el autor del libro, como el primer comentarista, pertenecen a un gehto de élite que yo conozco muy bien. Se trata de los emigrantes gallegos en México y sus descendientes, los cuales, por cierto, a pesar de haber nacido en México y de haberse criado ahí, afirman ser españoles. Esta gente ha formado una especie de comunidad que sigue hasta cierto punto una endogamia, en la que predominan valores clasistas, racistas y patriarcales. Políticamente se sitúan a la derecha de la derecha…. Por los valores predominantes de la comunidad de la que le hablo, en realidad, son ellos los que parecen judíos, y no usted. (Mi respeto a los judíos que no viven dentro de un gehto reaccionario y racista; hay muchos que no lo hacen, no me refiero a ellos) En esta comunidad es frecuente encontrar individuos que simpatizan con el franquismo, imagínese usted… No entiendo yo de dónde viene toda esa forma de ver el mundo. Los primeros gallegos que llegaron a México (como mi abuelo) eran realmente pobres, y tuvieron que trabajar mucho para prosperar en la vida. Llegaron literalmente sin nada. (Claro que prosperaron porque la circunstancia económica de México en aquél tiempo lo permitía. Hoy en día no se puede hacer esas cosas, no caigamos en mitos liberales de superindividuos que todo lo pueden con su esfuerzo a pesar de las estructuras sociales. ) No sé cómo con esos orígenes se ha llegado al clasismo y a la superficialidad imperante. Y vaya sorpresa! Ahora van de intelectuales! Eso sí no me lo esperaba! No quiero generalizar, no todo el mundo es igual, pero es habitual que esta gente esté sólo preocupada por ganar dinero, por llevar bien los negocios que han conseguido a través de palancas, ir de fiesta y aparentar ser el más exitoso. No, no les queda tiempo para la reflexión y la formación. Así son… así escriben

    Lo que más gracia me provoca es que justo las personas que tuvieron que abandonar el Estado Español por la pobreza que legó Franco, alaben a Franco . Y es que además ellos nisiquiera tuvieron que soportar la dictadura, ya que estuvieron en México!! La idealización que hacen de la dictadura me da risa. Y es que además, en el EStado ESpañol, nada de eso está bien visto. Son gente rara, de identidad híbrida: ni gallegos, ni mexicanos. Tienen una moral rancia. Vinieron con las costumbres de la época de la emigración y, en su resistencia a integrarse a la cultura de acogida, las conservaron. El resultado es que es como si por ellos no hubiese pasado el tiempo. Son tremendamente conservadores. Por eso los descendientes de los primeros gallegos que han intentando volver – pues recuerdo, se creen gallegos – no se adaptan, no encajan.

    En fin , perdone por extenderme. Sólo quería explicarle el por qué del olor rancio que intuyo se desprende de ese libro…

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  3. Mira, qué bueno que me identificaste como descendiente de gallegos, pero con respecto a que somos de inclinación derechista todos, eso no es cierto, como se nota que ni siquiera conoces los postulados izquierdistas del Bloque Nacionalista Galego y de autores como Castelao. Por lo que respecta a que comulgamos con Franco, no tienes ni idea de lo que dices, ya que que el fue el peor enemigo de la cultura gallega, que parece que tú no conoces aunque te precias de descender de un gallego. Yo también desciendo de campesinos pobres, ¿acaso crees que por mi origen me voy a identificar con empresarios de origen gallego como los hermanos Vázquez Raña, que ni conozco ni deseo conocer?. Pero no por eso voy a votar por cualquier izquierda, que más de izquierda, son populistas. Vicente Fox también fue populista, y no fue de izquierda. Izquierdas respetuosas y tolerantes las puedes ver en países como Suecia. La izquierda de hoy es amiga de los capitalistas, nada más ve como viven, pero como ya no tienen banderas porque el marxismo está desprestigiado ahora buscan el apoyo de ciertas minorías.
    Que los descendientes de gallegos nacidos en México son tremendamente conservadores, pues serán o seremos una minoría, no has de conocer muchos seguramente. Con respecto a que somos racistas y nos comparas a los judíos, pues intenta encajar en un ambiente de judíos, a ver si te lo permiten, y si son ortodoxos, ya ni lo intentes.
    No se trata de descalificar la postura ideológica que tiene el autor, sino que lo contrastes con otros autores, la gran mayoría de los autores descalifican la historia oficial, así de simple, según las reglas de la lógica, algo debe de estar mal con lo que nos enseñaron.
    Pero si prefieres leer autores, con un cariz anti católico, lee a Miguel Zunzunegi, te sorprenderás cuantas coincidencias guarda con el Lic. Rodríguez Lois.
    Y por si no lo sabes, si soy de derecha (no de ultra derecha), no es ni por posición económica (que no es muy buena, por cierto), ni por formación académica, ni familiar, yo simpaticé con la izquierda y fui un ferviente lector de Lenin , Marx, Gramci, y hasta de Rius (más de treinta libros), pero siempre es de sabios reconocer cuando uno se equivoca, y esto se entiende cuanto más y variado se lee. En autores como Rius y el ignorante de Francisco Martín Moreno, reconozco sus mentiras y embustes, así como haber perdido tiempo y dinero. De autores que dicen medias verdades y medias mentiras, ya estoy cansado.
    Tampoco defiendo a capa y espada el libro «Mitos del bicentenario», a pesar de que soy católico, no comparto con el autor lo relacionado a las apariciones de la Virgen de Guadalupe, ya que existen muchas dudas con respecto a su historicidad, por lo que puedes ver que antes que Católico, soy amigo de la verdad, pero no basta con afirmar una verdad, ésta tiene que ser probada. Como puedes ver no somos tan dogmáticos los católicos como tú piensas.
    Te aconsejo una vez más que si vas a criticar el susodicho libro, lo refutes con argumentos si no estás de acuerdo, con pruebas, no con cuestionamientos sobre el origen del autor, porque si el autor es de origen gallego, los autores que le sirven de fuente no lo son.

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  4. Para Irene.
    No me gustó tu comentario de: «ahora van de intelectuales» , pues claro, ya no son los gallegos de los chistes de mal gusto que se ven en la televisión, eso ya no te gusta, Pues mira, no te voy a decir cuantos libros he leído, porque ya perdí la cuenta (como lo ves), leo aproximadamente de cuatro a cinco por semana (si lo quieres creer, sino me da lo mismo), desde hace 27 años. Tengo grado de maestría en Derecho y estoy estudiando el Doctorado. No es ninguna moda que existan gallegos o mexicano gallegos intelectuales, ya en los años cincuenta ya figuraron el gran antropólogo Santiago Genovés y el cineasta Carlos Velo, y en cuanto a Derecho Internacional, tenemos al Doctor Modesto Seara Vázquez, que sigue una incansable labor académica fundando universidades por todo el estado de Oaxaca.
    Por lo que se ve has de conocer seguramente a dos o tres mamilas galleguitos, que seguramente se sienten juniors, abundan, es cierto, pero no todos son igual. También yo conozco dos o tres libaneses y judíos, y no por eso los descalifico.

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  5. Dr. Islas.

    ¿porqué la agresividad?, el señor Eduardo Vital, sólo le preguntó si era usted
    judío, con responderle con un no rotundo ya se hubiera conformado. ¿porqué tantos cuestionamientos?, no me parece que el señor Vital sea Nazi

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    1. No debería dar cuenta del señalamiento, el cual, no te incumbe.

      Los judíos despectivamente son señalados como enemigos de la Iglesia por algunos de los sectores más radicales de la ultraderecha mexicana.

      El señalamiento de Eduardo evidentemente resulta racista y xenofóbico.

      Agradecería sigas tu conversación y debate en otro espacio, no en mi blog. No deseo sinceramente dedicar más tiempo a ella

      Gracias

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  6. Para Irene.
    Hablas de las contradicciones de los hijos de gallegos nacidos en México, ¿porqué antes no lees el laberinto de la soledad de Octavio Paz, y «el mexicano, psicología de sus motivaciones» de Santiago Ramírez, por no decir «el perfil del hombre y la cultura en Mèxico», de Samuel Ramos, para que entiendas tus propias contradicciones? Porque por un lado tu comentario me deja entrever que conoces a los hijos de gallegos, pero por otro lado no los comprendes, parece que te da orgullo el origen de tu abuelo, que bueno, pero quiero aclararte que la miseria que se vivió en España, no fue provocada por Franco (no lo defiendo), ya existía antes de él, pues la emigración data del ultimo cuarto del siglo XIX (antes de que Franco naciera)
    ¿que comentario me haces con respecto a los hijos de mexicanos nacidos en Estados Unidos? ¿Se te hace correcto que renuncien a sus raíces?
    si algunos de los gallegos nacidos en México, no se siente mexicano, ¿no será porque antes recibe rechazo por parte de otros mexicanos «auténticos»?, pues ese rechazo sí existe, entonces no te estrañe que los iguales busquen a sus iguales para convivir, eso no es racismo, es cuestión de lógica. No se trata de una simple cuestión de encajar, pues yo encajo en muchos ambientes y no rechazo a México, antes lo quiero, a España, no le debo nada.Octavio Paz (cuya madre fue española), también sufrió rechazo, eso lo motivó a escribir el Laberinto de la soledad, para entender las contradicciones de los mexicanos mestizos (pero ni ellos se entienden, todo es contradicción), abundante literatura existe sobre eso.
    Qué bueno que dices que los gallegos se preocupan solo por su dinero y sus negocios, por lo menos no los veras nunca preocuparse por el de los demás (robando). El analfabetismo no tiene fronteras, muchos de los que se consideran auténticos mexicanos, les preocupa más el fut que la lectura.
    En México además de los gallegos y demás españoles, existen otras comunidades de origen extranjero, como la judía y la libanesa, si alguno de ellos hubiera escrito contra la historia oficial, simplemente no lo tomarían como algo importante, de hecho nadie le echa en cara a Enrique Krauze su origen judío cuando formula su crítica, lo mismo se puede decir de Jean Meyer, de origen francés. Pero como el autor de los mitos del bicentenario es de origen español, entonces sí, hay que resaltar su origen, para descalificarlo, apuesto que si hubiera escrito un libro de historia oficialista, su origen hubiera pasado desapercibido. Existen muchas cosas que incomodan, pero así es la realidad. En México, se presenta el rechazo a lo hispánico, en cambio en el cono sur, es
    muy común el orgullo hacia lo hispano, y hasta los biznietos y tataranietos de gallegos, se consideran gallegos, si no lo crees, viaja a Argentina y Uruguay, los viajes también ilustran, no por algo a Buenos Aires se le considera la «quinta provincia gallega», por algo será.
    No te vayas a ofender, pero creo que necesitas un poco más de mundo y mente abierta. ¿no presumen acaso de tolerancia los de izquierda?, pues que lo demuestren combatiendo las ideas en base a ideas, no en base de descalificaciones gratuitas, y teniendo la suficiente humildad para reconocer cuando uno se equivoca.

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  7. Usted dispense, simplemente respondí a su comentario con otro comentario,
    vivimos en un país libre, ¿no es así?, para eso son los blogs, para opinar, creo yo que la crítica constructiva a nadie afecta. No se moleste en contestarme, porque no pienso abrirlo más. Usted es libre para opinar como quiera.

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  8. «Mira, qué bueno que me identificaste como descendiente de gallegos, pero con respecto a que somos de inclinación derechista todos, eso no es cierto, como se nota que ni siquiera conoces los postulados izquierdistas del Bloque Nacionalista Galego y de autores como Castelao. Por lo que respecta a que comulgamos con Franco, no tienes ni idea de lo que dices, ya que que el fue el peor enemigo de la cultura gallega, que parece que tú no conoces aunque te precias de descender de un gallego.»

    Antes de seguir, tengo que aclararle, señor Dacasa, que los clasistas, racistas y patriarcales son los miembros de la comunidad gallega en México (no todos, respito); no lo gallegos y las gallegas. Pensé que eso quedaba claro, especialmente cuando dije que el Franquismo en el Estado Español está mal visto, no así dentro de la comunidad que critico. No me va a negar usted lo que se respira en el Centro Gallego de México. Sobra decir aquí que conozco al Bloque muy de cerca (dentro del cual, por cierto, destaca una gran mexicana de origen gallego de nombre Teresa Taboas, jerció su cargo político de manera ejemplar en tiempos del Bopartito) y a la cultura gallega. Se equivoca en sus juicios apresurados acerca de lo que conozco y no conozco. O me expliqué mal o usted no entendió nada. Da igual. Estas cosas pasan.

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  9. «Que los descendientes de gallegos nacidos en México son tremendamente conservadores, pues serán o seremos una minoría, no has de conocer muchos seguramente. Con respecto a que somos racistas y nos comparas a los judíos, pues intenta encajar en un ambiente de judíos, a ver si te lo permiten, y si son ortodoxos, ya ni lo intentes.»

    Otra vez se equivoca. Me crié entre esas personas. Mantengo mi comparación. Las personas descendientes de gallegxs en México socializan casi en exclusiva con gente de la misma comunidad. Esto es una generalización; siempre hay gente diferente. Si usted niega esto es que miente. El matrimonio de alguien de la comunidad con un «mexicano» está muy mal visto (a menos que el «mexicano» en cuestión sea de clase pudiente, claro).

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  10. Para el seño Dacasa:

    Última cosa que comento, porque no puedo alargarme demasiado.

    Una cosa es reunirte con tus semejantes. Otra, despreciar a «los diferentes» (que además no lo son, cada quien une y separa como le da la gana). Eso sí es racismo y es eso lo que se hace en esa comunidad. En Argentina, la gente de origen gallego no rechaza a las personas que no lo son. También hablo aquí con conocimiento de causa. Lo mismo ocurre en otros sitios de emigración gallega.

    Yo no refuto el libro señalando el origen del autor. Eso sería una falacia ad hominem. Sólo describo el contexto en el que creo que vivió este hombre, porque lo conozco. Las cosas se pueden examinar en distintos niveles. Un argumento, se ha de contrargumentar. Esto, en el nivel lógico. Eso es lo que yo no hice, pero tampoco pretendí hacer. Pero examinar el contexto en el que surgen las cosas también es útil (sociología del conocimiento), porque todos tenemos un conocimiento sesgado derivado de la posición que ocupamos en el mundo. No es que nuestras circunstancias nos determinen absolutamente; pero sí nos condicionan y tenemos que hacer un esfuerzo – si queremos – para escapar de indoctrinaciones heredadas y respiradas en el ambiente en el que nos movemos.

    USted me achaca muchas cosas que yo no dije, como que todos los católicos son dogmáticos. Ni lo dije, ni lo creo. De hecho, conozco personas católicas muy críticas y muy inteligentes. Es más, yo, sin ser católica ni profesar religión alguna, creo que el mensaje básico de Jesús de Nazaret es muy radical desde el punto de vista social (como el mensaje otros hombres considerados Profetas, como Mohammed). Y algunas personas siguen ese mensaje básico hasta sus últimas consecuencias, comprometiéndose con la justicia y la equidad de un modo francamente admirable. Ahora, esos católicos son minoría, sí. Pero es que lo bueno, en todas partes, siempre es minoría.

    No sirve de nada que me cite sus estudios y el número de libros que lee. Eso demuestra, una vez más que, o bien no me he explicado, o no entendió nada. Al hablar de la comunidad de gallegxs y sus descendientes en México – no de las personas nacidas en Galicia – hablaba «en general», diciendo siempre que no todo el mundo es igual. TAmpoco sirve de nada que me hable de personas que no pertenecen a ese gehto. Ser descendiente de gallegxs en México no te hace formar parte de esa comunidad y tener esa cultura clasista, machista y patriarcal. Si tú no eres una persona que va todos los domingos al Centro Gallego de México y todas esas cosas que se suelen hacer, y vives sin más, como un mexicano o mexicana más, socializando con otros mexicanos y mexicanas, evidentemente no formas parte del grupo al que me refiero. Yo hablo única y exclusivamente de esa «subcultura», por llamarlo de algún modo. No participar en ello y reconocerse mexicano/a, señor Dacasa, no significa renunciar a la herencia cultural que se vive en casa. Nosotros somos personas biculturales, que lo mismo cantamos «A Rianxeira» que una ranchera; lo mismo comemos caldo (no es mi caso, ya que soy vegetariana), que quesadillas. La biculturalidad es enriquecedora. Reconocer todo lo que forma nuestra identidad es bueno. Yo, lo que critico es la negación: el racismo y el desprecio a lo mexicano; el poner por encima ser de origen europeo y tener la piel más clarita, el usar «indio» como insulto (cosa extendida en Mëxico, en general), el decir «yo no soy mexicano», el no permitir a un hijo o una hija tener un novio/a que no es de la comunidad, etc…. Y esas cosas pasan. Y repito, si lo niega miente. Repito, yo crecí en ese ambiente, del que escapé horrorizada.

    No entiendo porque dice que entre ustedes pocos son los conservadores. Mi experiencia es otra. En cambio, sólo me vienen a la cabeza dos personas de ideas diferentes… y es gente que retornó y se crió aquí (escribo desde Santiago de Compostela), con lo cual, observo que escapar de ese ambiente viciado los ayudó… Supongo que unestras ideologías están tan distantes que lo que para mí es ultraderecha, para usted es tan sóilo derecha… cosas del lenguaje. Por eso no soporto cuando alguien dice que es de centro, porque depende de la moda, no es nada, no tiene contenido.

    Espero al menos que ya no entienda que yo digo A donde digo B. El estar o no de acuerdo es otra cosa. Pero al menos espero que si está en desacuerdo, por lo menos sea porque discrepa con algo que yo de verdad dije. En fin, que tenga un buen día.

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