3881 México, «Yo influyo.com», ¿Estado sexoservidor?, René Mondragón, martes 17 de noviembre de 2009

¿Estado sexoservidor?
René Mondragón

martes, 17 de noviembre de 2009

«De parte de nuestro culto y políticamente fino grupo de lectores, me hicieron llegar el texto de una declaración del Presidente de la Comisión Episcopal para la Familia –don Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de Tehuacán¬– que también es titular de la Dimensión Familia de VE mexicano.

La famosa «Cartilla»

Diversos medios de comunicación y no pocas organizaciones de la sociedad civil, como la Unión Nacional de Padres de Familia, han puesto en la agenda del debate público la hoy llamada «Cartilla de Sexualidad».

El presidente de la Dimensión Familia es directo al apuntar hacia el diseño de la cartilla:

1.- En los hospitales del sector salud, uno de cada cuatro nacimientos corresponde a madres menores de 19 años. Sin embargo, es una tremenda realidad –por el mismo peso de las cifras– el darse cuenta de que el reparto masivo de condones y pastillas no ha sido la solución. Sin embargo, la cartilla insiste en emplear los mismos instrumentos, recomendando como «medida extrema» –así de amplio y laxo es el criterio¬– el abortivo de emergencia.

2.- La información de la cartilla es parcial, sesgada e incompleta. No hay un contexto de gradualidad educativa en materia sexual. Es la misma información para niñas y niños entre 10 y adolescentes de 19 años.

3.- Se hace una continua referencia a los «derechos sexuales y reproductivos», pero jamás se alude a las obligaciones que conlleva una libertad responsable y a las obligaciones existentes frente a esos derechos.

4.- La famosa cartilla sí contiene un mensaje intrusivo, excluyente y sesgado, porque en ningún momento toma en cuenta la participación de los padres de familia en el tema. La deficiencia es grave desde el punto de vista democrático y educacional.

5.- Si se trata de una política pública en temas de sexualidad, el discurso –sostiene el Presidente de Dimensión Familia del VEM– es solamente informativo y no formativo. Consecuentemente, incompleto y sesgado, lo cual se opone en forma directa a una política gubernamental que procurara la formación en una sexualidad integral.

6.- Hay un punto que resulta alarmante, por decirlo amablemente. El documento denominado «Guía Técnica para la Cartilla Nacional del Adolescente» –material difundido por el Sector Salud¬– impulsa, promueve, propicia o difunde la acción de los hijos para que firmen una autorización y mediante ella, someterse a un método anticonceptivo permanente, ya sea la vasectomía o la ligadura de trompas de Falopio. Esto atenta directamente contra los derechos humanos, en la misma tesitura que en aquella campaña gubernamental en donde se esterilizaba masivamente a las mujeres mazahuas.

7.- «Educación sexual integral» es diferente de «información» o «promoción sexual». La cartilla no toca el tema de la dignidad del ser humano ni tampoco contempla otras formas de orientación, antes bien, las excluye, al omitir –por dolo, mala fe o torpeza– conceptos como el amor humano, la alteridad y el diálogo, el encuentro comunicacional entre hombre y mujer, para tomar decisiones responsables.

8.- El hijo, fruto de la relación sexual, es apreciado como una enfermedad, como un tumor canceroso al que es necesario extirpar. Por ello hay que «cuidarse». El hijo, que es un don de Dios, se contempla en todo momento como una amenaza de la que hay que librarse.

9.- La cartilla atenta directamente contra el concepto de patria potestad sobre los hijos, de la que son titulares el padre y la madre. Superpone al Estado a las obligaciones, responsabilidades y derechos primarios de los padres de familia, en específico, en el terreno de la educación integral. La Cartilla no forma al niño o al adolescente, para decidir y actuar con responsabilidad. Se trata de un estado sexólogo.

La pregunta es obligada: ¿Ése es el proyecto del PAN por el que votó la ciudadanía mayoritariamente; o quién está haciendo el papel de titiritero en el Sector Salud?»
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Opina Octavio Islas

Nuestra ilustre ultraderecha -que tanto debe al PAN- arremete contra la Cartilla Nacional de Salud por considerar que se trata de un documento que promueve la «educación sexual integral».

Imposible fundamentar una política nacional de salud con base en prejuicios y, peor aún, sin presentar opciones.

Insisto, hacen más daño los sacerdotes pedarastas que el citado documento de la Secretaría de Salud.

Convendría que primero se ocuparan de asuntos tan delicados, como el tema de los SACERDOTES PEDERASTAS que en sus órganos informativos, como Yo influyo, ni siquiera se han atrevido a mencionar. Para ellos ese problema sencillamente no existe o, en el mejor de los casos, lo consideran de menor importancia en sus preocupaciones existenciales.

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