18,583 Islas, O. Comprender los robotaxis a partir de McLuhan, El Universal, 11 de agosto, 2023

Comprender a los robotaxis a partir de McLuhan

Octavio Islas

Toda tecnología crea nuevas presiones y necesidades en los seres humanos que la engendraron. Las nuevas tecnologías y respuesta tecnológica nacen de nuestra adopción de tecnologías ya existentes, en un proceso sin fin

Marshall McLuhan

El uso de robotaxis comienza a popularizarse en los alrededores de la Bahía de San Francisco, en California. 

Firmas como Cruise, Waymo y Zoox operan flotas de robotaxis en San Francisco, Phoenix y Austin, y se proponen extender sus servicios a ciudades como Nashville y Los Ángeles -la auténtica prueba de fuego-.

El desarrollo de los robotaxis no se limita a Estados Unidos. A  partir del mes de marzo la firma Baidu opera una flota de robotaxis en Pekín.

A pesar de grandes resistencias, los automóviles sin conductor empezarán a ser comunes en el paisaje urbano. Su expansión será incontenible y la normalización de los robotaxis prepara el camino.

Marshall McLuhan (1911-1980), célebre filósofo de la comunicación, en su primer libro –The Mechanical Bride. Folklore of Industrial Man (1951) en castellano, La novia mecánica. Folclor del hombre industrial-, destacó la importancia del automóvil en el desarrollo del hombre y las sociedades industriales.

La metáfora que McLuhan empleó para designar al automóvil fue tan oportuna como atinada: “la novia mecánica”.

El automóvil ha observado un rol protagónico en el desarrollo de las sociedades industriales.

Debemos tener presente que, la línea de montaje, innovación determinante en el desarrollo industrial, fue concebida en los talleres de una de las primeras armadoras en la industria automotriz: Ford.

La línea de montaje transformó la perspectiva de los tiempos y los movimientos necesarios en la producción industrial.

En las primeras décadas de la “Edad del Automóvil”, el coche, destacó McLuhan “desgarró la vida familias (…) Separó como nunca la vivienda del trabajo. Hizo que las ciudades explotaran en docenas de suburbios y luego extendió muchas de las formas de vida urbana a lo largo de las carreteras hasta que éstas acabaron pareciéndose a una única ciudad sin fin”.

El impacto del automóvil -el gran nivelador del espacio físico y de las distancias sociales, ha sido particularmente marcado en la vida social de las clases medias.

Los malls, por ejemplo, fueron concebidos para consentir a las nuevas generaciones de consumidores, reparando, particularmente, en las necesidades de los automovilistas

En el libro Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano (1964), McLuhan afirmó que el automóvil “se ha convertido en una prenda de vestir sin la cual nos sentimos inseguros, desnudos e incompletos en el conjunto urbano”.

En el libro Técnica y civilización, Lewis Mumford (1895-1990), destacado filósofo de la tecnociencia, filólogo y urbanista estadounidense, afirmó que en Estados Unidos el automóvil “convirtió a la esposa de los suburbios en chofer a tiempo completo”.

El automóvil no solo revolucionó los caminos -las carreteras fueron transformadas en autopistas-, la influencia del automóvil propició la profunda reingeniería de las ciudades. La “modernización urbana” en gran medida ha sido determinada por el uso del automóvil.

Los robotaxis también anticipan las profundas remediaciones que en los próximos años resentirá el transporte urbano. Los robotaxis representan la punta del iceberg de un considerable número de cambios en puerta y, estimularán el desarrollo de una nueva industria de servicios adyacentes.

Automóviles inteligentes demandan ciudades y caminos inteligentes, pero, sobre todo, exigen ciudadanos inteligentes.

Si Uber y plataformas similares representan un gran reto a la supervivencia de los gremios convencionales de taxistas, las compañías operadoras de robotaxis podrían establecer cambios que se antojan definitivos, estructurales.

Las compañías operadoras de robotaxis además nos ofrecen un ejemplo muy didáctico de los efectos de la IV Revolución Industrial en las sociedades contemporáneas. Tecnologías inteligentes se perfilan para desarrollar servicios en los cuales podrá prescindirse de operadores humanos.

En 1964, McLuhan ya lamentaba algunos de los efectos del automóvil en las sociedades: “los coches se han convertido en los verdaderos moradores de nuestras ciudades, con la consiguiente pérdida de escala humana”.

Prescindir de la conducción del hombre en el automóvil será una separación dolorosa. Más que cualquier caballo -señaló McLuhan- el automóvil “es una extensión del hombre que convierte al conductor en un superhombre”.

La poderosa industria del automóvil, en complicidad con la industria del petróleo, efectivamente infringió gran daño a nuestro atribulado planeta. El tránsito a los vehículos eléctricos no solo parece lenta, peor aún, resulta tardía.

Vale la pena destacar que, en el apartado dedicado a El automóvil, en el libro Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano (1964), McLuhan, formidable visionario, concluye anticipando el advenimiento del automóvil eléctrico.

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