12,367 Octavio Islas, El Universal, Tech Bit, Columna Proyecto Internet, 17 de abril de 2015.

TTT.
Octavio Islas.

En las próximas elecciones podría presentarse el más alto índice de abstencionismo en las historia de los años recientes. Los partidos políticos enfrentan un profundo desprestigio. Además los reprobables excesos y la falta de sensibilidad de la clase política han fermentado la desilusión ciudadana. Nuestra incipiente democracia parece podrida.

A pesar de grave recesión económica que enfrenta el país, los partidos políticos disponen de un considerable presupuesto para realizar sus campañas. Para los partidos políticos no hay austeridad ni recortes. La partidocracia está blindada. Dispone de un descomunal presupuesto, así como una legislación e instituciones concebidas para asegurar su continuidad por los siglos de los siglos, en detrimento de nuestra calidad de vida democrática.

La calidad de las campañas a puestos de elección ciudadana resulta deplorable. Candidatos y partidos desprecian la posibilidad de emprender un diálogo efectivamente propositivo con la ciudadanía. El común denominador son las descalificaciones.

La apuesta por el “marketing sucio” como eje rector de las campañas a puestos de lección ciudadana se extiende a Internet y, por supuesto, a las redes sociales.

Si en las plazas públicas los partidos políticos recurren a los servicios de “operadores” y “acarreados”, en las redes sociales implementan la compra de bots como el alquiler de comandos organizados de trolls. En el ciberespacio, los partidos políticos y los candidatos a puestos de elección ciudadana sencillamente exhiben lo peor de sí mismos.

La llamada “guerra de los hashtags” es un episodio más en el espectáculo de la “gran simulación electoral. Twitter es el territorio virtual en el cual se supone que la guerra de las imágenes se traduce en construir y destruir Trending Topics. Los minutos de fama se han transformado en Tiempo-Trending Topic (TTT).

En genuino desprecio a la comunicación política –utopía sin duda alguna posible-, los “estrategas” de candidatos y partidos suponen a Twitter como una especie de fábrica de conciencias descompuestas, donde los Trending Topic (TTT) se convierten en posible intención de voto. La “estrategia” entonces se reduce a “TTT”.

Pervertir el sentido de las corrientes de opinión pública ciudadana a través de la introducción de bots y legiones de trolls –antecedente directo de los “ectivistas”-, dedicados a descalificar genuinos Trending Topics ciudadanos para imponer aquellos de su conveniencia, fue el infame legado que dejó el equipo de Internet de Eruviel Ávila durante el desarrollo de las campañas en el Estado de México durante 2011.

A los “estrategas” que afirman la importancia de tirar un hashtag con otro, sencillamente no les importa dejar huella digital alguna. Conciben el desarrollo de campañas electorales en el ciberespacio como un territorio susceptible de prescindir de la ética. Tan reprobale resulta comprar bots como comprar votos.

De acuerdo con el sitio Trendinalia, el 6 de abril los hashtags «#FracasoComoLagrimita», y «#SonPRIngaderas» fueron Trending Topic durante 10 horas con 40 minutos y nueve horas con 20, respectivamente.

El día 7, el hashtag «#PaMochesLosDelPAN» ocupó la séptima posición en el Top 20 de las tendencias de México. Además se posicionaron los temas «Beverly Hills» (4:25) y «Despilfarra Senado» (2:55).

Los partidos políticos, los candidatos a puestos de elección ciudadana y, por supuesto también el gobierno, desperdician el enorme potencial que representa Twitter para estimular un diálogo efectivamente productivo con la ciudadanía. No comprenden que Twitter y las redes sociales, en general, representan un extraordinario termómetro social.

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