12,337 Octavio Islas, El Universal, Tech Bit, Acerca de bots, trolls y cosas peores, 20 de marzo de 2015

Acerca de bots, trolls y cosas peores.
Octavio Islas.

El lunes 16 de marzo, día de asueto, mientras miles de ciudadanos expresaban su opinión sobre la ausencia de Carmen Aristegui en el espacio informativo estelar de MVS Radio, en Twitter se libraba una intensa batalla, de la cual oportunamente dio cuenta la BBC de Londres, medio que publicó un texto firmado por Alberto Nájar, titulado “Peñabots: el ejército de tuits que neutraliza la crítica al gobierno de México”.

En la citada nota –disponible en http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/03/150317_mexico_internet_poder_penabot_an -, Najár denunció el empleo masivo de “cuentas falsas en Twitter”, las cuales responden al propósito de intentar blindar al gobierno frente a incómodos cuestionamientos expresados por la ciudadanía a través de esa red social.

Ese lunes negro, el hashtag #EnDefensadeAristegui2 fue el más comentado en Internet. Sin embargo, mediante una burda operación perfectamente concertada, un ejército de tuiteros y bots operaron en perfecta coordinación para inflar un hashtag definitivamente intrascendente: #EnDiadePuente Ello para restar visibilidad internacional al hashtag #EnDefensadeAristegui2

En México, el reprobable empleo de bots –violenta negación de los derechos consagrados en la Constitución en materia de libertad de expresión-, dio inicio en el marco de las elecciones para elegir gobernador en el Estado de México, en 2011, las cuales, debido al particular calendario electoral, en buena medida admiten ser consideradas como lógico laboratorio de experimentación de las campañas presidenciales.

La campaña de Eruviel Ávila, candidato de la coalición “Unidos Por Ti”, integrada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y Nueva Alianza (la santísima trinidad en nuestro sistema político), se distinguió por incurrir en el empleo de bots, trollls y la multiplicación artificial del número de simpatizantes y seguidores del mencionado candidato, hoy gobernador en el Estado de México. Ello por supuesto sentó un negativo precedente en el desarrollo de las campañas presidenciales.

En las campañas presidenciales de 2012, efectivamente se intensificó el empleo de bots, trollls, y las conocidas operaciones destinadas a incrementar artificialmente el número de simpatizantes y seguidores de los candidatos. Resulta memorable aquel video que reveló la existencia de granjas organizadas de “ectivistas” dedicados a promover en Twitter las consignas dictadas por determinados operadores de la campaña de Enrique Peña Nieto, restando además fuerza a corrientes de opinión ciudadana que resultaban adversas al referido candidato. El número de “ectivistas” entre 18 y 35 años que participaron “voluntariamente” en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto fue estimado en 100,000.

Desafortunadamente tan negativas prácticas no han cesado durante el actual gobierno. Sin embargo, la operación se ha sofistificado. Algunas personas alquilan sus cuentas en Twitter y se prestan a difundir los mensajes que les son dictados. Como no hay certeza de que se trate de bots, los mensajes circulan con relativa naturalidad en la mencionada red social, como si se tratara de simples simpatizantes del actual gobierno.

Una legión de neoectivistas, perfectamente coordinados, es responsable de intentar restar visibilidad en Internet a las críticas vertidas por la ciudadanía ante la lamentable desaparición de 43 estudiantes normalistas. El blanco de las acciones concertadas por los “neoectivistas” o peñabots, fueron las diversas ediciones del hashtag #YaMeCanse

Además destacadas periodistas como Lidia Cacho Ribeiro, San Juana Martínez han sido víctimas de campañas de desprestigio en Internet, así como de sistemático trolleo. Rossana Reguillo, reconocida investigadora nacional, inclusive ha sido objeto de amenazas de muerte, al igual que Denise Dresser, blanco de recurrentes intimidaciones y amenazas de muerte.

Si existe una estrategia de comunicación social en el ciberespacio del actual gobierno, ésta definitivamente no reposa en el diálogo. Es autoritaria, y en su ánimo de control de las opiniones ciudadanas, responde a la violenta descalificación de toda crítica y discrepancia.

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