La NetMundial vs la iniciativa de Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Octavio Islas.[1]
Desde su creación -18 de septiembre de 1998, por Jon Postel, durante el gobierno del presidente Bill Clinton-, la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers, ICANN), organización privada, sin fines de lucro, responsable de administrar los nombres de dominio y protocolos de Internet, o IP, direcciones asignadas, ha dependido del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
La principal responsabilidad de la ICANN es garantizar que cualquier persona que ingrese una dirección de Internet, en cualquier parte del mundo, sea efectivamente remitida al sitio apropiado. Ello es posible mediante la asignación y coordinación de los identificadores únicos (direcciones IP y URLs), que enlazan las computadoras juntas, asegurando así que la Web sea una red mundial.
Además de ICANN contribuyen a la gestión de la Web el Grupo de Trabajo en Ingeniería de Internet, la Junta de Arquitectura de Internet y el World Wide Web Consortium. ICANN, sin embargo, admite ser considerado como el gobierno de Internet, y el gobierno implica el manejo de la arquitectura técnica del ciberespacio, el cual fue concebido por sus diseñadores originales con una infraestructura abierta con estándares no propietarios.
En el mes de marzo, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos anunció planes para terminar su contrato con ICANN, el cual expira en 2015, expresando, además, disposición a transitar a «un modelo multilateral global», cuyos detalles todavía se están desarrollando. Al entregar el control de ICANN, el gobierno de Barack Obama pretende restar presión a los señalamientos de quienes han denunciado las prácticas de espionaje que ha venido realizado el gobierno de Estados Unidos a través de la Agencia Nacional de Seguridad (National Security Agency, NSA).
Las prácticas de espionaje realizadas por la NSA y similares organismos de inteligencia en otras naciones despojaron a millones de usuarios en el mundo de la ingenua inocencia depositada en internet. La magnitud del daño es incuantificable. Brasil y Alemania, por ejemplo, han considerado viable emprender la nacionalización de piezas fundamentales de la infraestructura de internet. La Unión Europea se ha unido a los críticos que quieren internacionalizar la ICANN. Ello definitivamente complica la transición en la gobernanza de Internet, que efectivamente podría correr el riesgo de balcanizarse.
El 23 y 24 de abril, en Sao Paulo, Brasil, se llevará a cabo la NetMundial –Global Multistakeholder Meeting on the Future of Internet Governance-. El propósito del mencionado foro es analizar y discutir dos temas de enorme trascendencia para el futuro de Internet: los principios de la gobernanza de internet, y el plan de trabajo para la futura evolución del ecosistema de gobernanza de internet.
En el mencionado foro podrá indentificarse el peso específico de dos grandes corrientes antagónicas que pretenden determinar el posible futuro de Internet: la primera, aquella que afirma una Internet abierta, unida y transparente; la segunda, la que apuesta por internet cerrado y su consecuente balcanización.
El Comité Multisectorial Ejecutivo –que de facto es el órgano responsable de organización del referido foro- ha elaborado un documento en el cual fueron identificados un conjunto de principios comunes y valores que deben sustentar los principios de gobernanza de Internet.
Los derechos que tienen las personas en línea también deben ser protegidos en línea. Estos derechos incluyen, pero no se limitan al acceso a la información y el libre flujo de información, la libertad de asociación, la libertad de expresión. Toda persona tiene el derecho a tener y expresar opiniones y de buscar, recibir y difundir información en Internet sin interferencias arbitrarias.
En materia de internet, el contenido de la iniciativa de Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que el Ejecutivo Federal presentó al Congreso de la Unión el 24 de marzo, representa la rotunda negación de los principios comunes y valores que deben sustentar los principios de gobernanza de Internet. En los hechos, la apuesta del actual gobierno sería por internet cerrado, favoreciendo, para propósitos de vigilancia al detalle de los ciudadanos y su efectivo control, la consecuente balcanización.
[1] Doctor en Ciencias Sociales. Investigador y consultor en la Dirección Adjunta de Innovación y Conocimiento de INFOTEC (octavio.islas@infotec.com.mx). Catedrático en el Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.
