OBSERVATORIO DE INTANGIBLES
Hacia la sociedad y la economía de la colaboración
La innovación está emergiendo de la colaboración entre empresas de sectores diferentes. Es en la combinación de las capacidades y activos intangibles de las organizaciones donde surge la nueva “energía económica”. Ésta es la fórmula que promueven desde co-society, proyecto de Alfons Cornellá, experto en innovación, que facilita la unión colaborativa entre empresas diferentes combinando activos para crear nuevos productos y servicios.
La respuesta a los problemas crecientemente complejos que enfrentan hoy las empresas requiere de una visión más periférica. Hay que aprender a combinar maneras de ver, de resolver, de convencer, mezclar equipos, conocimientos, habilidades, marcas, para explorar y explotar nuevas formas de generar valor para las personas. Según los expertos, es en la intersección de sectores empresariales donde surge la chispa de la innovación y solo las compañías que combinen sus capacidades podrán prosperar.
Muchas veces estos encuentros entre empresas se dan por accidente o por casualidad y el desafío es desarrollarlos de forma sistemática para crear espacios inimaginados de colaboración. Valgan ejemplos como el encuentro de Coca Cola y Emeco, proyecto por el que se fabrican sillas con material de botellas recicladas. O el de Imaginarium con Skoda, que generó coches con un diseño interior pensado para niños.
Hay otros ejemplos interesantes de combinación de capacidades que fomentan el nacimiento de una nueva economía, como Zipcar, plataforma para compartir productos en lugar de poseerlos; SocialCar, que permite utilizar vehículos de otros cuando no se usan; o Zilok, herramienta para alquilar lo que no usas.
“Quizás donde más se evidencia la relevancia creciente de la colaboración es en las relaciones entre las personas, en su ámbito más privado. Compartir no es sólo sexy, sino que se convierte en imprescindible para la juventud, y para una clase media, que se empobrece en un mundo en el que simplemente vivir es muy caro. El mundo de los negocios hará bien en aprender de cómo se colabora en estos espacios alejados de su experiencia habitual” aseguran desde co-society.
¿Cómo innovar?
Un aspecto a tener en cuenta es que la combinación entre empresas no se hace desde el producto o servicio que cada una brinda sino desde la forma de hacer las cosas que está detrás de ese bien tangible. Primero hay que identificar los propios recursos y capacidades disponibles, detectar esos activos intangibles es un punto clave. ¿Qué sé hacer o tengo y no estoy utilizando?
Interactuar con otros es fundamental. Los otros nos ayudan a ver lo que no vemos en nosotros, a explotar o sacar brillo a capacidades, recursos o ideas que por ser tan “nuestras” no las vemos como un activo. Se trata de una mezcla de genes, por eso hay que buscar encontrarse con otros y combinar capacidades.
La forma de innovar va a ser compartiendo cómo resolver problemas. No solemos analizar las dificultades básicas de nuestro negocio, los damos por descontados y, muchas veces, por irresolubles. Y la única forma de verlos es de forma colaborativa, trabajando con otros. Se trata de responder a oportunidades y aprovechar capacidades. Las oportunidades muchas veces se encuentran asociadas a tendencias sociológicas, por ejemplo las mini dosis de comida para casas unifamiliares o la oficialización del préstamo familiar.
La innovación aparece en las “orillas del negocio”, en agregar un plus nuevo a algo que ya existe y que co-creamos de forma inédita. Para ello es preciso conocerse muy bien como empresa y que alguien de fuera te ayude a ver qué podrías hacer con eso que ni siquiera sabes que tienes. Volvemos a la idea de redescubrir esos activos intangibles en desuso por desconocimiento, sean capacidades, procesos, formas de hacer, etc. ¿Qué hay detrás de nuestro modelo de negocio y puede ser “activable”?
Querer colaborar era antes señal de buena educación; ahora es quizás cuestión de buena economía. De salud social. El mundo de los negocios tiende a ser cada vez más colaborativo, co-creativo y corresponsable. Se trata, quizás, de un fenómeno emergente invisible para muchos, pero que desvela nuevas formas de convertir recursos en realidades y en resultados.
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