Esto no es el comienzo ni el final de algo. La vida la empezamos hace mucho, y espero que tardemos mucho, muchísimo en terminarla. Esto es más bien un cambio, bien dicen que el cambio es la única constante que tenemos en la vida.
Literalmente, hemos terminado una carrera, aunque no hemos terminado el maratón, este equivaldría al momento en el que el competidor toma agua para poder continuar el camino. Podemos voltear y ver lo que hemos recorrido, pero debemos concentrarnos en tener la vista al frente y ver lo que nos falta por hacer. Aun nos falta mucho por emprender, y que las únicas limitaciones que tenemos son las que
nosotros mismos nos imponemos, pues las bases ya las tenemos.
Veo muchas caras conocidas. Con algunos tuve la oportunidad de convivir más que con otros y con algunos tal vez fue un simple con permiso. Lo importante es que el día de hoy, aunque estudiemos diferentes cosas, aunque tengamos gustos, ideas y pensamientos diferentes, hoy somos más parecidos de lo que realmente creemos.
Hoy estamos todos aquí reunidos, lo que significa que por alguna razón elegimos al Tec para estudiar, para crecer, para vivir, para formarnos. Por fin nos graduamos, aunque algunos les haya llevado los 9 semestres exactos y a otros más, no importa, porque todos, hemos llegado a la misma meta, el de haber estudiado una carrera y de haberla aprobado.
Sintámonos orgullosos, si algo sabemos es que esto no fue fácil. No fue fácil tener que quedarnos en casa estudiando en vez de divertirnos o entrar a clase en vez de quedarse platicando en borregos. No fue fácil desvelarnos por estar haciendo trabajos y tener que llegar puntualmente a todas las clases. No fue fácil tener que cerrar Facebook o Twitter o apagar el celular para poder concentrarnos en estudiar. Tampoco fue fácil, el sistema de impresión o tratar de conseguir un lugar de estacionamiento en CASA cinco minutos antes de la clase o tener que perseguir al Transportec. No fue fácil no tener adeudos, pagar a tiempo o mantener una beca. Tampoco fueron fáciles algunas materias, ni los exámenes, ni algunos trabajos en equipo o convivir con ciertos profesores. No fue fácil tener una familia, amigos, una pareja y estar estudiando al mismo tiempo. Vaya que esto no fue nada fácil.
Pero gracias a que fue difícil, crecimos, fuimos capaces de darnos cuenta, que podemos superar los obstáculos, que los retos nos hacen mejores, que a pesar de que a veces no veamos un panorama positivo, descubrimos que al final, todo sale, y que sale bien. Porque si hubiera sido fácil, este día, sería un día más, un protocolo aburrido, que cualquier persona podría hacer.
Además, algo importante, es nuestra perspectiva. Un cambio de rumbo en este maratón. Este último semestre, en varias pláticas con mis compañeros, me di cuenta que los propósitos u objetivos que teníamos al iniciar la carrera eran otros, diferentes a los que hoy tenemos. Tal vez haya sido por alguna cuestión externa a nosotros o por decisión propia. De hecho pensemos en lo que queríamos ser de pequeños: un astronauta, una maestra, un policía, una actriz, un cantante, una mamá, que se yo cuáles eran esos sueños. Honestamente, no creo que hayamos abandonado esos sueños, lo que creo es que esos sueños están escondidos, que estos simplemente cambiaron, se transformaron.
Tengo mala memoria, eso me hace estar en la luna constantemente, lo que me hace una astronauta. He tenido la oportunidad de enseñarle cosas a alguien, he sido una maestra. He cuidado y protegido a los que me rodean, he sido su guardián, su policía. He inventado, he pretendido, he exagerado, he sido una actriz. Canto mientras me baño y aun tengo el deseo de convertirme en mamá. Es por eso que creo que aunque cambiamos, nuestros verdaderos sueños, nuestras verdaderas creencias, siguen en nosotros, en nuestra cabeza y en el corazón. Porque como licenciados sabemos que no hay una respuesta específica ni correcta, que no hay nada exacto y que todo puede ser todo.
Fue una trayecto inolvidable, de donde aprendimos y nos llevamos muchísimas cosas y recuerdos. Cosas que no solo aprendimos de los libros, sino también de nuestros maestros, de nuestros amigos y hasta de aquellos que no nos caen tan bien. Espero que aunque cambien, conserven esa esencia original que los hace ser lo que son, que sean perseverantes, que nunca dejen de creer y que no le tengan miedo al cambio.
Espero que este cambio que se nos viene, sea próspero y que traiga muchas cosas buenas. Nos hemos detenido a recuperar el aliento, a tomar agua, para poder seguir con más fuerza. Esto dependerá mayormente de nosotros, de nuestra actitud, de nuestra forma de actuar. Nosotros decidimos qué tan lejos queremos llegar, el mañana se construye con las decisiones de hoy. Recuerden que la vida es irónica: se necesita saber qué es lo malo para poder disfrutar lo bueno y de conocer nuestras debilidades para convertirlas en fortalezas.
Finalmente les quiero decir que aunque cambiemos de ruta, no quiero que abandonemos la pista. Espero encontrarlos en el camino que hemos de seguir recorriendo y que el día que nos volvamos a encontrar, nos saludemos y nos ayudemos con gusto, por el simple de hecho de haber vivido y compartido esta gran
experiencia juntos, por ser parte de la familia Tec.
Pido un aplauso y una felicitación para todos los aquí presentes. Pues creo que para todos, el hecho de estar aquí, significa un logro, un paso más, uno de tantos sueños cumplidos. Para nosotros como alumnos por nuestra dedicación pero también para todos los involucrados gracias por su apoyo, por el relevo que significaron en esta carrera de la vida, gracias a los amigos, a los compañeros, a todos y cada uno que han sido testigos de este recorrido. Gracias a los profesores. Pero sobre todo gracias
a los papás.
Ojalá que se sientan como yo, que estén en el lugar donde quieran estar, aunque tal vez no sea el que se hayan imaginado, sino que sea mejor, pues hoy después de tanto somos la generación de licenciados egresados diciembre 2011 del Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
