7313 México, Ernesto Piedras, ADN YA NO ES SÓLO UNA DENOMINACIÓN GENÉTICA SINO UNA DE CONECTIVIDAD

Ernesto Piedras 

epiedras@epiedras.net

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Hemos aprendido a interpretar ADN en términos del Acido Desoxirribonucleico,  molécula que forma parte de todas las células y que contiene la información genética usada en el desarrollo y el funcionamiento de los organismos vivos  y de la transmisión hereditaria.

Estas siglas hoy cobran un nuevo sentido para nosotros con la presentación y entrega oficial que se realizó el pasado mes de abril de la Agenda Digital Nacional (ADN) a los Poderes Ejecutivo y Legislativo de la nación. Este esfuerzo colectivo proviene de la misma industria, encabezado por AMIPCI, AMITI, ANIEI, CANIETI, la academia, el Poder Legislativo y la sociedad civil al diseñar una estrategia integral para impulsar la adopción, uso y aprovechamiento de forma transversal de las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) en México.

La Agenda Digital Nacional (ADN), se refiere al conjunto de políticas públicas enfocadas al uso de las TIC encaminadas a “contribuir al desarrollo económico y social de un país a través del potencial que ofrece el uso de las mismas para mejorar la calidad de la educación, incrementar la transparencia, aumentar la productividad y competitividad, y hacer mejor gobierno, mediante mayor participación y compromiso ciudadano.”1

ADN como motor de desarrollo y crecimiento económicos

La implementación de una Agenda Digital debe ser un esfuerzo del máximo nivel político, y con el liderazgo apropiado, que busque articular una serie de acciones que permitan el acceso pleno de la población a las herramientas de la Sociedad de la Información y el Conocimiento.

Es importante reconocer que este esfuerzo no corresponde exclusivamente al gobierno, sino más como una responsabilidad compartida entre todos los actores de las TIC en el país. Es decir, se debe incentivar la coordinación pública-privada en los distintos proyectos. De esta forma, este esfuerzo plural e incluyente, con el sentido más profundo de responsabilidad, busca la retroalimentación de todos los eslabones de la sociedad en los siguientes rubros:

1.- Políticas Públicas de Promoción: Impulsar todas las capacidades TIC en Individuos, Industrias y Gobiernos

2.- Desarrollo de la Industria TI: Establecer estímulos fiscales, programas y  financiamientos para incentivar las TIC

3.- Acceso y Protección de Usuarios: Defender los derechos ciudadanos a la intimidad, la neutralidad, la protección de datos personales y la libertad de expresión

4.- Gobierno Electrónico: Aprovechar, mejorar y facilitar el uso de las TIC de forma coordinada en el gobierno

5.- Telecomunicaciones: Incrementar la adopción de servicios de telecomunicaciones con políticas pro-competitivas

6.- Implementación y Gobernanza de las Políticas: Implementar, coordinar y ejecutar la ADN por liderazgos robustos y pragmáticos al más alto nivel

Así, esta ADN proveerá el mapa a seguir en materia tecnológica y de comunicaciones de manera transexenal con miras de mediano y largo plazos, generando certidumbre en un sector con grandes inversiones, lentos retornos e impactos positivos transversales en la economía nacional.

Ya la Alianza ADN puso un documento sobre la mesa. Ahora el balón se encuentra buscando quién será el responsable de orquestar este plan de desarrollo digital. También es conveniente ver esta ADN como un documento vivo e incluyente, y por lo tanto, perfectible. La ADN es entonces una oportunidad única para aprovechar al máximo un sector clave para la competitividad nacional, actualizarnos como nación para ocupar el lugar que nos corresponde e ir cerrando las brechas de desarrollo frente a nuestros principales competidores y socios comerciales.

 

 

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