El verdadero negocio, los contenidos; la asociación Televisa-Nextel se mantendrá
En los últimos días Televisa anunció la decisión de no participar con Nextel en la compra del 30 por ciento de las acciones de esa empresa una vez obtenida la concesión de la licitación 21. Esto generó una reacción de sorpresa en los medios de comunicación y entre los analistas en la materia, pero al mismo tiempo reveló la verdad de la operación.
La participación de una empresa como Nextel, que ha trabajado muy fuerte para desarrollarse en México y en América Latina, que además ha realizado un excelente trabajo como empresa de nicho y con valores empresariales ejemplares como su servicio al cliente, debió haberse circunscrito a su función estratégica en el sector de las telecomunicaciones y crecer en infraestructura, realizando asociaciones estratégicas con proveedores de contenidos.
La decisión de asociarse con Televisa ha puesto a Nextel innecesariamente en una posición desconocida por ellos, distrayendo la realización de sus actividades sustantivas y posicionamiento de marca, ya que lo que siempre estuvo en la mente del negocio y del servicio no fue sólo el desarrollo de la infraestructura técnica y crecimiento de servicios al usuario, sino generar valores agregados sustentados en los contenidos. La competencia entre las empresas de telecomunicaciones es una suerte de mayor cobertura, servicios propios y atención al cliente; en el caso de los contenidos, estamos claramente ante la presencia de un negocio circunscrito a la economía creativa o economía de la cultura, distinta, ajena al mercado originario (oficio base, como le llaman los economistas) y donde su presencia altera la cadena de valor de los operadores, generando asimetrías e inconsistencias difíciles de justificar. Veamos:
Antecedentes
El 23 de febrero de 2010 se publicó en la revista Poder 360º, una entrevista a Peter Foyo, director general de Nextel México, en donde exponía los siguientes conceptos:
- “Yo lo planteaba, con la visión de que todo terminaría en un solo aparato, en un smartphone: un conmutador que lo tuviera todo, el cuádruple play”. (Leer más: http://www.poder360.com/article_detail.php?id_article=3702#ixzz130p1fxUQ)
“Sí, al final del día el cliente quiere el contenido. Ya existe, lo tienen en sus casas. En un solo aparato pueden tener todo lo que quieran: televisión, cable, Sky, y encima de ello tienen acceso a internet, con Twitter, Facebook, y todo eso que ahora existe. Y otra cosa clave: los jóvenes. Es otro mundo. Ellos tienen su propio mundo de contenido, forman su propio contenido. Hay que ir por esa población. Y por eso hay que formar los vínculos, y eso será imparable.
“Cuando esté instalada la red 3G, un teléfono Nextel-Televisa, le dará a ese joven la capacidad de navegar por sus páginas web, en sus redes personales, a la vez que está viendo contenido de Televisa, desde deportes o cosas de la escuela y de la vida cotidiana. Los adultos podrán tener acceso a las noticias, a sus e-mails, hacer una llamada si quieren, quizá con push to talk, una conexión directa de radio que se incorporarán en varios de los equipos en el futuro. Además, a través de ese equipo, será capaz de poder realizar transacciones bancarias, ver la tele en su casa o en su trabajo, ver páginas financieras, sus acciones. Desde el empresario, hasta el joven, las personas mayores. Y eso a un costo muy razonable.
“Pero cuando hablamos de medios y contenidos el maestro es Televisa. Y el cliente va a preferir nuestro producto, porque sabe que Nextel es una empresa noble, de guerreros, fuerte, nadie nos regaló nada.”
- Se anuncia la asociación estratégica entre Univision y Televisa, donde sobresale que se “ampliará su derecho exclusivo de transmisión de contenidos por televisión en Estados Unidos y adquirirá el derecho exclusivo para transmitir dichos contenidos a través de plataformas digitales. Univision podrá usar el contenido producido por Televisa para plataformas digitales, de televisión de paga y de televisión abierta en sus tres cadenas de televisión (Univision, TeleFutura y Galavision), así como en cualquier cadena en español y cualquier plataforma digital de Univision Interactive (Univision.com, Univision Móvil y Video bajo demanda) existentes o futuras.
- Gustavo Cantú, vicepresidente de Nextel México (El Semanario, 19 de octubre de 2010), después de anunciar la ruptura de la asociación, dijo: “Por ello, señaló que ambas compañías continúan con una relación sólida y mencionó que continúan en pláticas para concretar acuerdos comerciales que darían la posibilidad de ofrecer servicios empaquetados con Sky o Cablevisión, así como extender sus puntos de distribución y la utilización de las redes de fibra óptica de la televisora.”
Nextel pudo continuar como una empresa del sector de las telecomunicaciones sin tratar de mutar; pudo seguir competido legítimamente por la obtención de una concesión tal y como siempre lo había realizado, pero la empresa y la autoridad se equivocaron al tratar de involucrar economías y conceptos de negocios distintos. La reflexión de la autoridad, Cofeco y Cofetel, fue en el sentido de crear una asociación capaz de competir con Telmex en su propio territorio, pero con un ingrediente adicional, los contenidos.
Los contenidos generados por Televisa constituyen una economía formidable superpuesta al mercado de las telecomunicaciones, por lo que se puede entender es que la autoridad no buscaba competencia en el sector, sino que, al negarle la posibilidad de dar televisión a Telmex, buscaba disminuir dramáticamente su presencia en el mercado, pues los consumidores optarían por los servicios convergentes de la competencia. La Cofeco, al tratar de buscar una competencia equitativa, autorizó la suma de mercados convergentes, buscando crear un poderoso competidor y, con ello, una novedosa figura de competencia en el mercado de las telecomunicaciones.
Estaríamos ante la primera empresa propietaria de la red y de los contenidos, un monopolio de tercera generación. La autoridad, a partir de criterios económicos y no de servicio público, decidió permitirle a un actor del mercado competir con ventajas asimétricas, en detrimento del otro, alegando dominancia, es decir, creando privilegios para, según esto, corregir otros problemas de mercado. Las facultades de rectoría económica del Estado fueron usadas con abuso o, quiero creer, con ingenuidad.
En estos instantes, la salida de Televisa de esta operación es sólo parte de la realidad jurídica, pero no de la económica. Aunque las autoridades hayan dicho socarronamente “Nos quedamos sin villano favorito. A repensar y reescribir guiones” (18 de octubre, Twitter de Mony De Swaan) o que comunicadores importantes del sector hayan dicho “tengan su ganga”, la realidad es que los efectos económicos de la decisión prevalecerán.
La desafortunada frase del presidente de la Cofetel oculta la realidad esbozada en las declaraciones de Cantú de Nextel, y Televisa seguirá participando en este negocio con la figura de Operador Móvil Virtual. La intención originaria de esta asociación prevalecerá. Ya no existirá la concentración de espectro por parte de Televisa, pero pronto se podría dar la entrada de ésta al mercado de la convergencia a través de acuerdos comerciales con Nextel. Ahora bien, esto quiere decir que se define lo que siempre debió quedar claro, la economía de los contenidos era la carta escondida en toda esta operación y, con ello, todos los ciudadanos quedamos atrapados en un mar de consideraciones económicas y de competencia, sin poder ejercer claramente el derecho a la información que, en materia de telecomunicaciones, debe ser garantizada y ofrecida por un servicio público sin discriminación.
Por otra parte, un Operador Móvil Virtual u OMV (en inglés, Mobile Virtual Network Operator o MVNO) es una compañía de telefonía móvil que no posee una concesión de espectro de frecuencia y, por tanto, carece de una red propia. Para dar servicio, debe recurrir a lacobertura e infraestructura de red de otra empresa, con la que debe suscribir un acuerdo de servicio.
Existen varias modalidades: 1) desde un simple esquema de distribuidor o revendedor; 2) un esquema de compra de capacidad al mayoreo por el operador virtual y venta de su propio servicio al usuario y 3) a través del arrendamiento de frecuencias, en el cual el arrendatario instala los demás elementos de su propia red.
Esta forma de operar es una novedad en el mercado de las telecomunicaciones. Desde el 29 de julio comenzó a operar en Argentina “Nuestro”, el primer operador móvil virtual (OMV) de América Latina bajo el soporte técnico de la operadora Personal e impulsado por la Federación de Cooperativas del Sur (Fecosur). En España, según la Asociación Española de Nuevos Operadores Móviles (Aenom), los ingresos de este colectivo en 2009 ascendieron a 215 millones de euros, lo que implicó un crecimiento de 123 por ciento con respecto al ejercicio anterior. España ya cuenta con más de 20 operadores móviles virtuales desde 2006. Sin embargo, es en 2010 cuando más compañías telefónicas fijas, tiendas de autoservicio y otras prestadoras de servicios como televisión por cable, entre otras, están planteando la posibilidad de brindar servicios de telefonía móvil como OMV, entre ellas se encuentran Marcatel y Megacable.
En México quien ya comenzó a operar este servicio es Maxcom con su producto MaxcomCel, que desde 2008 ofrece su servicio de telefonía celular por medio de la red de Movistar.
La verdad de todo esto es la falta de liderazgo por parte de la autoridad, que enfrenta a los actores unos contra otros, que se obsesiona con sus iniciativas, que lidera con las emociones y ha sido incapaz de imaginar un futuro colectivo, y beneficios precisos para los ciudadanos en materia de comunicación. La autoridad no ha podido siquiera intuir la forma en que el derecho a la información se concretará a partir de las políticas de telecomunicación. No ha podido contestar ¿a qué tendrá derecho cada ciudadano en materia de equipamiento digital?, ¿cuándo van a tener convergencia plena las zonas rurales, marginadas?, ¿cuándo se van a interconectar hospitales, escuelas, dependencias de seguridad pública? ¿Cuándo vamos a guiar con autoridad la industria audiovisual, de cable, satelital, de telefonía fija y móvil? ¿En qué momento dejaremos de estructurar un discurso de la imposición y del autoritarismo?
¿El presidente estará bien asesorado?
Jorge Fernando Negrete P.
