Fidel Castro ahora manifiesta demencia senil
ESCRITO POR FEDERICO MÜGGENBURG
27 DE SEPTIEMBRE DE 2010
Después de transcurridos cuatro años de su renuncia por enfermedad, diversas intervenciones quirúrgicas y una larga convalecencia, la ambición por el protagonismo público y el deseo de volver a ejercer el poder han llevado a Fidel Castro Ruz a una secuencia de intervenciones mediáticas. Éstas iniciaron con la insistencia del peligro de Estados Unidos de América o Israel, como una amenaza de ataque contra Irán, lo que desencadenaría una guerra nuclear mundial de consecuencias catastróficas insospechadas, que traería el fin de la humanidad.
Luego, inició una serie de artículos sobre tópicos internacionales publicados en el periódico “GranmaI” y simultáneamente en una página electrónica con otros temas. Además, destacó en entrevista con el periódico “La Jornada” su elogio al político mexicano Andrés López Obrador y, de paso, su adhesión a la falsa acusación de que el presidente de México, Felipe Calderón, hizo fraude, no ganó la elección de 2006 y es manipulado por una “mafia política” entre la que se encuentra el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, tal como sostiene el ex candidato perredista en su libro “La mafia que se apoderó de México… y el 2012”.
Así, poco a poco empezó a abordar los más diversos tópicos políticos, como “haber perseguido a los homosexuales”, y “no haber apoyado la liberación sexual”, por estar ocupado en otras muchas cosas propias de la revolución y en defenderse de posibles atentados del imperialismo.
De pronto aceptó una larga conversación de varias horas, entre su casa y un acuario, con el reportero norteamericano-israelí Jeffrey Goldberg, dueño de la revista “The Atlantic”, y “especialista” en temas de Oriente, acompañado por Julia Sweig, “experta” estadounidense en Cuba cumpliendo la función de traductora, de la que se derivaría la publicación de la entrevista que resultó explosiva.
Al responder a la pregunta de si aún valía la pena exportar el modelo cubano, Castro afirmó: “El modelo cubano ya no funciona ni para nosotros”. Lo que descalifica la calca que Hugo Chávez realiza en Venezuela con el apoyo de miles de “expertos” cubanos y sus esfuerzos por expandirla por toda América Latina, bajo el eufemismo de la “revolución bolivariana” con la aplicación del supuesto “nuevo socialismo del siglo XXI”.
La sorpresa universal por esa afirmación de Fidel Castro –principalmente para Hugo Chávez–, llevó a que en el interior de Cuba esa declaración fuera ocultada en todos los medios de comunicación. De sobra se conoce el fracasado intento de exportar el modelo cubano en América Latina –entrenando latinoamericanos en su propio territorio, apoyando la guerrilla y la subversión ideológica con redes de inteligencia y espionaje, y culminando con la presencia del Che Guevara en Bolivia–, así como en África –con la presencia de miles de soldados cubanos combatiendo en Guinea, Angola y Mozambique–.
A los pocos días Fidel Castro pretendió hacer una rectificación de lo dicho, con un galimatías que nadie ha podido entender: “Lo real es que mi respuesta significaba exactamente lo contrario. Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos, ni para el mundo” (sic).
Con esta “aclaración” queda en evidencia que Fidel Castro está padeciendo “demencia senil”, es decir: “Degeneración progresiva e irreversible de las facultades mentales, que se manifiesta por trastornos de memoria, de atención, por empobrecimiento del lenguaje y la capacidad de cálculo y pérdida de los criterios éticos y sociales de comportamiento, conductas infantiles y desorientación en el tiempo y el espacio”.
Complicados resultan los efectos de esta “lengua suelta” de Fidel y más porque sirven para apreciar y poner en el primer plano del conocimiento las distintas enfermedades físicas y mentales de otros de sus seguidores e imitadores en América Latina. Hugo Chávez, que padece paranoia, esto es: “Enfermedad mental caracterizada por la presencia de ideas fijas y obsesivas”, como es el caso con Simón Bolívar y su contubernio con los líderes musulmanes de Argelia, Siria e Irán.
También ocurre con otros de sus seguidores: el comandante sandinista Daniel Ortega, postrado por lupus, pero con la obsesión de reelegirse para la presidencia, retorciendo las leyes nicaragüenses a su gusto y manipulando al poder judicial para tal fin.
Al igual que Evo Morales, en Bolivia, con firmes rasgos esquizoides, al establecer la dualidad jurídica del “derecho originario” y el “derecho ordinario”; ser al mismo tiempo Jefe de Estado y haber asumido el “bastón de mando religioso” de las comunidades religiosas ancestrales aymaras y quechuas.
O la actual crisis que se ha creado en Paraguay por la manifestación del cáncer linfático del obispo renegado y presidente Fernando Lugo, que debe permanecer aislado varios días, cada vez que le practican el tratamiento de quimioterapia.
Como se puede apreciar, se trata de una colección de enfermos, físicos y mentales, que anuncian, quizá, el colapso de este ensayo de restauración de un modelo de sociedad que no ha funcionado nunca. El socialismo nunca ha podido evidenciar las promesas de sus líderes.
Lo único que ha dejado como secuela constatable son: pobreza, esclavitud y muerte. Ojalá estas evidencias que chocan con el uso de la razón, muevan a dejar de repetir en las cátedras, en las prédicas y en los medios de comunicación, la oferta de quimeras irrealizables. La exhibición de Fidel Castro en estos días recientes es una oportunidad que no hay que dejar pasar.
Blog de Octavio Islas 