El plazo para los Legionarios llegó a su fin
ESCRITO POR JORGE E. TRASLOSHEROS | 15 DE AGOSTO DE 2010
El tiempo de preparación para la refundación de los Legionarios ha llegado a su fin. Ha quedado claro el espíritu que guiará el proceso y la ruta a seguir. Como último paso, el Secretario de Estado Tarcicio Bertone ha dado a conocer las atribuciones del Delegado Pontificio en un documento breve y preciso.
El orden en que han sucedido las cosas no es accidental. Primero, se definieron las razones y el espíritu del proceso, después su normatividad. En el Evangelio y en las cartas de san Pablo queda claro que la ley es necesaria, pero debe ponerse al servicio del espíritu del cual nace y al cual se dirige.
Es algo que los místicos comprendieron y los católicos de a pie vivimos entre extravíos y reencuentros. La ascesis, que es el camino de purificación, nace de un deseo profundo de caminar hacia Dios, pero debe ser Dios quien guíe el camino. De lo contrario, es fácil caer en moralismos puritanos o en fideísmos no menos estériles.
La fe inspira y guía en el camino; la razón permite hacerlo en orden y concierto. Razón y fe, ascesis y mística, ley y espíritu, son elementos inseparables, complementarios, necesarios en la vida del creyente y de la Iglesia.
Lo que hizo el Papa fue transformar en método de trabajo lo mejor de la tradición espiritual del catolicismo, con lo que garantiza que la refundación no sea algo cosmético o un simple acto de poder pontificio, lo que sería igualmente dañino.
El documento firmado por el Secretario de Estado afirma que la autoridad y el poder dentro de la Legión recae en el Delegado del Papa cuya misión es “encaminar, acompañar y realizar la revisión de las constituciones”, lo que ha de culminar en un “capítulo general extraordinario”.
Para el efecto, el Delegado está investido de plena autoridad para intervenir en todos los asuntos de la Legión de suerte que: los superiores no podrán tomar decisión alguna sin su beneplácito y podrán ser removidos en cualquier momento; las personas (físicas y morales) y las cosas, lo que incluye actos de enajenación, quedan bajo su directa supervisión; cualquier miembro de la Legión tiene acceso directo al Delegado quien, a su vez, puede intervenir a discreción en cualquier asunto.
Asimismo, los recursos contra los actos de los superiores del Instituto serán presentados ante el Delegado y contra éste sólo se podrá recurrir al Papa. Por último, lo que es de llamar la atención, la visita al movimiento Regnum Christi será coordinada por el Delegado según modalidades que se darán a conocer.
Que nadie se llame a engaño. Según lo establecido, la responsabilidad de refundar la congregación recae directamente en los Legionarios. El Delegado fungirá como coadyuvante investido de plena autoridad pontificia.
Si la resistencia al cambio hiciera imposible el proceso, entonces el Delegado podrá derogar las Constituciones, es decir, podrá activar el botón de destrucción de la congregación. En las manos de los Legionarios está definir su propia historia. Sólo la verdad, que es Cristo, podrá liberarlos.
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COMENTARIO DE OCTAVIO ISLAS
Hasta en las insinuaciones «críticas» a los Legionarios de Cristo, la ultraderecha omite mencionar dos temas fundamentales: la pederastia de Marcial Maciel y el dolor causado a cada una de las víctimas.
Blog de Octavio Islas 