El pragmatismo invade al PAN
Manuel Espino
En el actual paisaje político nacional descuellan pocos, muy pocos, líderes capaces de hacer triunfar su propia conciencia ante el ofrecimiento de unas escasas migajas de poder.
Los mexicanos atestiguamos la tragedia cívica que escenifican una caterva de políticos rebosantes de pragmatismo, vacíos de doctrina y sin ideología definida. Desgraciadamente, algunos compañeros de mi partido no escapan a esta triste tendencia.
Mercadear aumentos a impuestos a cambio de votos. Politizar el combate al crimen organizado. Celebrar pactos secretos con Elba Esther Gordillo. Comprometer por escrito al partido para favorecer a Enrique Peña Nieto. Acercar la dirigencia del PAN a personajes de quienes se presume que tienen vínculos con mafias. Postular candidatos de dudosa honorabilidad y formados en el PRI, pero posicionados en las encuestas…
Denuncias documentadas contra personajes de Acción Nacional por corrupción. Mentiras del presidente del partido a sus compañeros y a la sociedad. Éstos son los actos que ponen cada vez más distancia entre la dirigencia de Acción Nacional y los militantes de a pie, quienes confieren vida, energía y sentido a nuestras luchas políticas.
Pragmatismo liberal, influencia corrosiva
Aunque en la gran mayoría de los panistas sigue latiendo el deseo de servir con dignidad y honradez a México, el reciente escándalo protagonizado por el presidente de nuestro partido desnuda que en nuestra dirigencia una visión pragmática ha suplantado a la aplicación de los principios y la doctrina. Esta bochornosa maraña de mentiras y secretos no representa al PAN ni es congruente con nuestra historia.
Me preocupa especialmente que tras la hecatombe electoral de 2009 nuestro Consejo nacional presentó un diagnóstico en el que se reconocieron situaciones que realmente desfiguran el rostro de Acción Nacional. Situaciones como la falta de debate, la designación antidemocrática de candidatos, la ausencia de convenciones y vida institucional, etcétera. Por ello, el mismo Consejo decidió instituir una comisión especial y encabezar un proceso de rectificación.
Hoy, no solamente no se ha rectificado, encima se siguen acumulando rasgos grotescos en el rostro de Acción Nacional, que desfiguran nuestra identidad histórica.
“Seguir continuando”
El pragmatismo moderado tiene un lugar en la vida pública, pero resulta perjudicial cuando es extremista o radical, pues convierte a la política en una mera representación donde lo que se dice o se hace carece del respaldo de las convicciones fincadas en valores.
Por ello, el PAN tiene el reto de volverse a presentar como un partido respetuoso de los que piensan diferente, pero que abraza con orgullo su propia doctrina, un partido que presenta programas atractivos basados en su ideología. El desafío de recuperar identidad, en vez de seguirla perdiendo en el pragmatismo exacerbado.
Los militantes que amamos genuinamente la vida democrática que por años fue el sello de la casa panista, vamos a reconstruir, a limpiar, a lavar la cara de nuestro partido. Vamos a volver a empezar.
Es nuestra misión prestigiar la política, abrir las puertas y las ventanas para que entre el aire limpio de la vida ciudadana y para transparentar las acciones partidistas. Bien vale la pena volver el recomienzo, porque al PAN aún le sobra corazón para servir a México.
http://espinovolveraempezar.blogspot.com
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Comentario de Octavio Islas
Solo «El Yunque» puede salvar al PAN de las tentaciones del pragmatismo.
