4236 México, revista Zócalo, Febrero 2010

Revista ZÓCALO

Las  redes sociales. El principal medio informativo y de enlace comunitario con Haití.
Octavio Islas [1]

“El efecto de un medio sólo se fortalece porque se le da otro medio que le sirva de contenido” (McLuhan,1996:39).

Arpanet (1969), antecedente remoto de Internet –cuyo acceso entonces estaba limitado a un reducido número de expertos en informática-, admite ser considerada como la primera red social en Internet. Posteriormente los sistemas de tablones de anuncios (Bulletin Board System o BBS) anticiparon el advenimiento de los foros en Internet y las redes sociales en Internet 2.0.

Son numerosas las remediaciones que conducen al formidable desarrollo de las redes sociales que hoy conocemos. Algunos consideran a los chats como el primer antecedente directo. En 1997 Six Negrees.com introdujo algunas de las primeras funciones de toda red social: permitir la creación de perfiles, poder incluir contactos y navegar en ellos. Trece años después, las redes sociales se proyectan como uno de los ambientes comunicativos (McLuhan) más representativos de Internet 2.0.

En fechas relativamente recientes, algunos críticos han afirmado que las redes sociales deben ser consideradas como “opio de la civilización”. Para reforzar tales teorías, afirman que los prosumidores que participan en ellas sencillamente lo hacen por una vanidad enfermiza o por evadirse de la realidad.

Sin embargo, si reparamos en las útiles funciones que han observado las redes sociales en la dolorosísima tragedia que ha venido sufriendo el pueblo haitiano, advertimos, en los hechos, la contundente descalificación de tales argumentos tecno-apocalípticos.

El martes 12 de enero, a las 21:53 GMT se registró un terremoto de magnitud 7.3 grados en la escala de Richter. Los precarios sistemas de telecomunicaciones del país más pobre del continente colapsaron.

En la twittósfera empezaron a registrarse, gracias a teléfonos satelitales, los primeros comentarios de algunos de los sobrevivientes a la tragedia, como Richard Morse, músico y hotelero, quien como @RAMHaiti publicó en Twitter: “¡Hay Internet!! ¡No hay teléfonos! Espero que todos estén bien.. ¡muchos edificios en PAP [Port-au-Prince, la capital de Haití] se han caído!”.[2]

Las redes sociales ofrecieron información oportuna sobre la magnitud de la tragedia. Las primeras imágenes de los devastadores efectos del terremoto circularon a través de Twitter, y posteriormente fueron incorporadas en blogs, redes sociales y, por último, en los medios informativos convencionales.

Las redes sociales –y particularmente Twitter- además han cumplido útiles funciones de vinculación y enlace, al ser utilizadas por millones de personas para localizar a familiares y amigos desaparecidos -similar desempeño fue observado por la banda de AM, en la capital de la Ciudad de México, durante los días inmediatos al terremoto del 19 de septiembre de 1985-.

Si en el marco de la campaña presidencial de Barack Obama fue posible advertir el potencial de las redes sociales como ambiente comunicativo idóneo para emprender la búsqueda de fondos, el desempeño observado por las redes sociales ante la dolorosa situación que enfrenta el pueblo haitiano sencillamente lo ratifica.

Internet 2.0 fue convertido en la columna vertebral del generoso apoyo de la comunidad mundial. No pocas organizaciones emprendieron colectas en apoyo del pueblo haitiano, como ITunes, la Fundación Clinton, la oficina del alcalde para el avance de Nueva York, Médicos sin Fronteras, UNICEF y otras. Algunas celebridades del mundo del espectáculo, como el cantante Wicleaf Jen, de origen haitiano, comprendieron la necesidad de utilizar sus redes sociales de fans en Internet para reunir fondos en apoyo del pueblo haitiano.

En Estados Unidos, desde el mismo día que ocurrió la tragedia, a través de redes sociales y teléfonos celulares empezaron a reunirse fondos que fueron destinados a los damnificados, La Cruz Roja: “innovó los pedidos de ayuda con la palabra HAITI que debe ser enviada al número 90999 y automáticamente el usuario del celular aporta $10 dólares a la causa, confirmando con la palabra YES (si) que prueba la donación”.[3]

Además redes sociales como Facebook, Myspace y Twitter, entre otras, además de cumplir útiles  funciones como “catalizadoras de movimientos solidarios” [4] con el pueblo haitiano, decididamente se sumaron a la recaudación de fondos.

Las redes sociales indirectamente exhibieron el objetable tratamiento informativo observado por  determinados medios convencionales. Televisa, por ejemplo, trató el dolor del pueblo haitiano como espectáculo. Carlos Loret de Mola pretendió convencer al televidente de ser él la noticia.

Bibliografía

McLuhan, M. (1996). Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del hombre. España: Paidós.


[1] Director de la revista web Razón y palabra (http://www.razonypalabra.org.mx) y director de Proyecto Internet-Cátedra de Comunicación Estratégica y Cibercultura del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. Su cuenta de e-mail es: octavio.islas@proyectointernet.org

[2] Véase: http://globalvoicesonline.org/2010/01/13/in-aftermath-of-earthquake-eyewitness-tweets-from-haiti/ Fecha de consulta: 18 de enero de 2010.

[3] Véase: http://www.pasoapaso.com.do/noticias/2010/jan/18/celulares-y-redes-sociales-recaudan-millones-para-haiti-corporaciones-de-eeuu-responden/ Fecha de consulta: 18 de enero de 2010.

[4] Véase: http://www.rpp.com.pe/2010-01-13-terremoto-en-haiti-pone-a-redes-sociales-en-la-primera-linea-informativa-noticia_235083.html Fecha de consulta: 17 de enero de 2010.

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