Sucesión de gobiernos que no parecen resolver los principales problemas económicos y sociales, una desigual repartición de la riqueza y desconfianza en la clase política son motivos de desencanto ciudadano hacia la democracia en México, observaron analistas.
“Países que vivieron (…) periodos muy largos en sistemas antidemocráticos, como el caso mexicano, que vivíamos en un sistema autoritario (…) cuando se producen los procesos de cambio a la democracia, tiende a producirse una expectativa muy grande que desborda las posibilidades reales de la democracia”, opinó Pablo Javier Becerra, investigador de la UAM.
El problema -agregó el académico- es que cuando hay una sucesión de gobiernos, ya bajo reglas democráticas, que no parecen estar resolviendo los principales problemas económicos y sociales, se produce una sensación de desencanto.
“Esto se ha producido en países europeos (…) también en alguna medida en América del Sur (…) la idea de que la democracia iba a resolver todos los problemas sociales, el atraso, la pobreza, y (…) resulta que la democracia lo único que hace es establecer nuevas reglas para acceder al poder (…) y no resuelve mágicamente los problemas”.
Mientras tanto, Octavio Islas, del Tec de Monterrey, coincidió en que motivos de desencanto son los temas de la desconfianza en los partidos y la repartición de la riqueza en el país.
“¡Terrible!, cada vez es más palpable la diferencia, los privilegios de algunos sectores”, expresó el académico, quien recuerda que una nueva generación, que identificó como “nativos digitales”, fue la que en el pasado proceso electoral impulsó la protesta ciudadana por la anulación del voto, “que yo creo que es uno de los movimientos más interesantes de rechazo a nuestra clase política”, añadió.
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Blog de Octavio Islas 