Amnesia suicida en el panismo: el Yunque, el PAN y la crónica de una derrota anunciada
Luis Limón
jueves, 12 de febrero de 2009
Hablar de conspiraciones secretas y complicados complots fue algo muy socorrido durante la Guerra Fría, sepultada ya hace tres décadas bajo los escombros del Muro de Berlín, y hoy sólo presente en el ambiente de Hollywood en las cintas tipo Batman y James Bond, o en las series televisivas como “24 horas”.
Esto era por demás aceptado aquellas décadas, que los gobiernos de las grandes potencias gastaban millones en espionaje y contraespionaje, sosteniendo agentes y agencias con presupuestos altísimos y cero freno moral; financiando y ocultando crímenes sin cuento desde las infames Gestapo y las SS de Hitler, las GPU y las distintas fuerzas de la KGB del Imperio Comunista que siempre tuvieron llenos a tope los infiernos del Archipiélago Gulag, hasta la CIA que, tan odiada y desprestigiada en todo el mundo, aún se niega a morir.
El que en los 60 fuera tan socorrido hablar de “conspiraciones” secretas se entiende porque las dos “Guerras Mundiales” estuvieron llenas de tratados secretos y famosos espías, entre los que nos basta recordar a la legendaria Mata Hari, el apoyo de Guillermo II a Lenin, o los Tratados de Sykes-Picot en la Primera Guerra; el cinismo de los Pactos abiertos como el Ribbentrop-Molotov, o las Conferencias de Potsdam y Yalta, en la Segunda hecatombe.
Generar psicosis en los pueblos para manipularlos mediante el temor y el odio fue algo por demás sencillo y de grandes dividendos. Por ejemplo, Hitler inventó una “Conspiración Judía” que le llevó al poder culpando a los hombres de una raza de todos los males que Alemania sufría en la Primera Postguerra.
De la misma forma se sostuvo el Imperio Bolchevique por siete décadas, acusando de espía o enemigo del pueblo, y hasta de enfermo mental, a quien le estorbaba en sus planes. Mao mantuvo el poder llamando “revisionista”,y por tanto traidor, a cualquier enemigo.
Hoy sigue siendo tan eficaz el inventar enemigos, complots y amenazas de invasión que aún mantienen en el poder a Fidel, el dictador más antiguo del mudo (o lo que queda de él). También a Hugo Chávez o al tambaleante Bush que hoy esquiva zapatazos… pero se mantuvo ocho años lastimando y destruyendo a quien quiso, justificándolo todo contra el “Complot terrorista”.
¿Qué nos queda a los mexicanos como pueblo? Tan incultos como somos, negados a la lectura o la reflexión, enfermos de amnesia histórica y con un odio tan inicialmente justificado como patológico, al poderoso vecino del Norte.
Por eso, aquí apareció un “mesías” hablado de “complós” en su contra… y estuvo a punto de llegar a la Presidencia de la República por el Voto Popular. Pero el “señor López” gritó tanto el mito del “compló” y un supuesto “fraude electoral”, que terminó por dividir a su propio partido. Y con la división, llegó la derrota electoral y el descrédito total.
Hoy agoniza esta pesadilla neo-anarquista, pero a México no regresa la calma. El pueblo aprueba al Presidente Calderón; lo apoya en su lucha contra el crimen organizado y hasta soporta la recesión. Sin embargo, su Partido no ha hecho más que hilar una derrota tras otra y cada vez más dolorosas.
Aclaro que jamás he sido ni seré panista (ni de Partido, Sindicato o grupo alguno), pero me sigo felicitando de haber votado por Fox y por Calderón, cuando comparo la miseria y el caos que hubieran traído la victoria de sus oponentes. Amo a México, trabajo por él, y por ello me preocupa el regreso en 2012 a la vieja dictadura de Partido, ya sin oposición existente.
Hoy, la debacle del PAN en 2009 es cosa que me parece tan cierta, que le llamo: “La crónica de una derrota anunciada”. Y estoy tan seguro porque cuando miro al partido del Presidente, recuerdo el Evangelio: “Todo Reino dividido contra sí mismo será totalmente destruido y acabará en la ruina”.
Por mi trabajo recorro medio país, y en todos lados me encuentro al panismo destrozado por una lucha fratricida: todos mis alumnos y ex alumnos simpatizantes del PAN me hablan de la revolución que viven entre “Yunquistas y Anti-Yunquistas”.
El único destello de unidad ha sido el grito de: “Vamos a Guanajuatizar el País”.Fue una frase extraordinaria porque ahí estuvieron JUNTOS Felipe y Vicente; Manuel Espino y Germán Martínez: TODOS UNIDOS tras el sólo ideal del bien de México.
¿Sabes por qué atacaron tanto a Germán con esa frase? Porque Vicente llegó al poder y Felipe asumió la Presidencia cuando TODOS, pero TODOS se unieron en una causa común… Y los enemigos no quieren un panismo unido, pues no podrían vencerlo.
Negar que la división interna tenga al panismo en la lona, es querer tapar el sol con un dedo. Me parece tan infantil y ridículo que ni tú, Felipe, ni uno sólo de tus allegados abran los ojos. ¿A quién le conviene la división dentro de tu partido? ¿Quién ha cosechado todos sus conflictos? ¿Quién alienta estas “purgas”? ¿Qué líneas editoriales los agigantan?
Felipe, no puedo entender por qué te niegas a recordar quién inventó y quién popularizó el fantasma del Yunque. ¿No fue Álvaro Delgado, tinterillo de Proceso, ayer revista política y hoy vocero del ala jacobina de la izquierda? ¿No acusa en sus libros de militar en esa “terrible organización de la ultraderecha” a quien quiere golpear: Manuel Espino, a César Nava y… ¡a ti mismo!? ¿Miente sólo a medias?
¿No fue Andrés Manuel quien hizo famoso al “Yunque” como orquestador del “Gran Compló”, cuya máxima expresión fue la primera “Marcha de Blanco”?
Felipe, Germán, ¡despierten! Sólo quitando la causa, se puede evitar el efecto…
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Comentario de Octavio Islas
Acerca de las conspiraciones de la derecha
Argumentar sobre «tesis conspiratorias» de la izquierda, obliga a reparar en conspiraciones que efectivamente se han fraguado o concebido desde las posiciones de la ultraderecha.
Reconozcamos algunas:
Salvador Borrego, quien tuvo una estrecha amistad con Salvador Abascal -padre del hoy «beatificable» Carlos Abascal (decidido promotor de La hoja de combate de la cual es heredero directo Yo influyo.com)-, escribió un interesante libro sobre la infiltración del judaísmo en los principales centros económicos, políticos y culturales del mundo, en el libro: Infiltración mundial., que seguramente Luis debe conocer: Infiltración mundial.
Negar la existencia de «El Yunque» resulta simpático.
En cambio no resulta simpático negar las acciones emprendidas por algunos líderes del empresarial contra la candidatura presidencial de López Obrador -con quien no simpatizo-, destacando las campañas emprendidas por el Consejo Coordinador Empresarial, así como el activismo de Claudio X González y Lorenzo Servitje -quien hoy debe sentirse sumamente decepcionado del padre Macial, por cuyo «honor» emprendió un boicot publicitario contra Canal 40, por la transmisión del célebre programa de Ciro Gómez Leyva que recogió el trabajo periodístico realizado años atrás por Salvador Guerrero, en La Jornada. Quizá ello explique el humor y el sentido de las declaraciones vertidas por don Lorenzo el dìa de ayer.
Los cuestionamientos a Proceso sencillamente relevan los pobres conocimientos de Luis en materia de periodismo. En cambio muy poco podrìa decirse de Yo influyo.com, que también resulta muy limitada si consideramos la revista pionera: La hoja de combate.
Por cierto, las víctimas del padre Maciel recurrentemente han sido acusadas de haber respondido a intereses conspiratorios contra tan ejemplar sacerdote.
Luis efectivamente tiene razón al afirmar que el PAN será el gran perdedor en las próximas elecciones intermedias -solo detrás del PRD, que será instalado en la tercera posición, gracias a la torpeza de AMLO-.
