Comentario. Octavio Islas
Cuando el PAN era partido opositor, recurrentemente y con gran autoridad moral denunciaba cómo el PRI utilizaba los programas sociales para fines propagandísticos.
Hoy el PAN incurre en la práctica que ayer consideraba contraria a los más elementales principios de la ética política.
El PAN se ha convertido en un partido pragmático, sin principios, tan distante y diferente al proyecto de sus nobles fundadores.
